Que existan casos de viruela del mono en nuestro país que no se hayan notificado a Salud Pública, es un sospecha que tienen las autoridades sanitarias, afirmó el director de Vigilancia de la Salud, doctor Guillermo Sequera. Esto debido a que en Brasil, país vecino, ya existen casos autóctonos.
Con la aparición de casos en Brasil, desde la cartera sanitaria intensificaron los monitoreos, ya que existe un fluido ir y venir de personas entre ambos países, lo que hace impensable que no se hayan dado contagios.
Según señaló, muchas personas fueron a los centros asistenciales pero no reportaron todos sus síntomas porque existe mucho “tabú” en torno a la enfermedad, porque está relacionada a la sexualidad.
“Es muy probable que esté circulando, que ya haya uno que otro caso. Tenemos que estar atentos. Es una enfermedad que se está diseminando, es bastante silenciosa y tiene estigmas también”, afirmó.
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En ese contexto, el epidemiólogo comentó que la viruela del mono no es una enfermedad que estresa el sistema de salud ni que requiera tratamientos complejos. “No va a mayores de unas lesiones en la piel que en semanas puede recuperarse”, señaló.
Hasta la fecha, los casos sospechosos de viruela del mono en nuestro país, fueron descartados tras pruebas de laboratorio.
¿Qué es la viruela del mono?
La viruela del mono u ortopoxvirus es una enfermedad viral zoonótica, es decir, que se transmite al ser humano a través de los animales.
Desde la Organización Mundial de la Salud (OMS) citan entre sus síntomas: fiebre, cefalea intensa, dolores musculares, dolor de espalda, falta de energía, ganglios linfáticos inflamados y una erupción o lesiones cutáneas.
Según describen “la erupción o exantema suele comenzar de uno a tres días después del inicio de la fiebre. Las lesiones pueden ser planas o ligeramente elevadas, llenas de líquido claro o amarillento, y luego pueden formar costras, secarse y caerse”.
Las lesiones en la piel pueden presentarse en la cara, las palmas de las manos y las plantas de los pies. También puede presentarse en la boca, los genitales y los ojos.
Los síntomas generalmente duran entre dos y cuatro semanas y desaparecen por sí solos sin tratamiento.