Antiguamente fue una zona de pastura para el ganado de los misioneros jesuitas y conservó ese carácter durante el gobierno del doctor Gaspar Rodríguez de Francia como una de las estancias de la Patria. Se menciona que su fundación como pueblo ocurrió hacia el año 1789 por decisión administrativa del gobernador Joaquín Alós y Bru, pero en rigor ya existía el sitio como un paraje de los jesuitas.
En 1988 logra su autonomía como distrito, desafectándose de Encarnación, cobrando vida propia en lo administrativo y en lo social, aunque manteniendo un estrecho vínculo en términos económicos, pues de hecho, opera como una especie de “ciudad dormitorio” de la capital del departamento de Itapúa. Muchos de sus habitantes trabajan y estudian en Encarnación.
La ciudad, sin embargo, está adquiriendo rápidamente un desarrollo con “vuelo propio”.
A fines del 2021 se inauguró un atractivo parque turístico, con playa sobre el río Paraná circundada por una reserva forestal. Dispone también de un importante emprendimiento inmobiliario donde a menudo se realizan competencias náuticas de nivel internacional, que promueven el turismo receptivo.
El intendente actual, Aldo Lepretti (PLRA), pone su atención en el mejoramiento de las condiciones de infraestructura básica y la consolidación de las pequeñas fincas como fuentes generadoras de renta.
La base de la economía del distrito son la agricultura y ganadería en pequeña escala, las granjas avícolas, producción de miel de abejas y el comercio en pequeña escala.
Dispone de dos importantes puertos sobre el río Paraná, el privado de Trociuk y Cía, y el de cargas de la Administración Nacional de Navegación y Puertos (ANNP), en la desembocadura del Arroyo Quiteria con el río Paraná.
Otro factor importante de su economía es la explotación minera. Existen varias empresas dedicadas a la provisión de piedra basáltica triturada para la construcción edilicia y de caminos. Cuenta con una empresa dedicada a la extracción de arena del río Paraná.
Alegría y devoción en las celebraciones
La comunidad de San Juan del Paraná celebró ayer el día de su patrono, San Juan Bautista. El obispo de la Diócesis de Encarnación, monseñor Francisco Javier Pistilli Scorzara, celebró la misa central seguida de la procesión de la imagen.
Es una de las ciudades más jóvenes y con mayor desarrollo del departamento de Itapúa.
SAN JUAN DEL PARANÁ, Itapúa (Juan Augusto Roa, de nuestra redacción regional). La tradicional fiesta con juegos y comidas típicas, tan característicos de la religiosidad popular de nuestro país, se llevó a cabo el jueves 23 de junio, víspera de la celebraciones centrales. La festividad conocida popularmente como “San Juan ára” es la conmemoración del nacimiento de San Juan Bautista.
La fiesta popular fue organizada por la parroquia de esta comunidad con el objetivo de mantener la tradición paraguaya, con todos los juegos tradicionales y la degustación de comidas típicas, como pastel mandi’o, chicharõ trenzado, pajagua mascada, mbeju y chipa asador.
El variado programa de festejos patronales duró más de un mes. Concluyó con la misa central y la procesión de la imagen del santo por los distintos barrios y compañías del distrito.
La caravana encabezada por la imagen del protector comenzó a mediodía de ayer, con la recorrida a pie y en vehículos por las 19 capillas que integran la parroquia.
La misa fue celebrada en la iglesia parroquial, a las 18:30 y fue presidida por el obispo de la Diócesis de Encarnación, monseñor Francisco Javier Pistilli Scorzara.
“En este espíritu de fiesta en la parroquia realizamos una preparación espiritual con una misión que duró 40 días, visitando a todos los hogares”, refirió el presbítero Ydelio Aguinagalde, cura párroco de la iglesia San Juan Bautista.
La dinámica de la misión consistió en trasladar la imagen de San Juan Bautista de casa en casa, oportunidad en que se compartió el mensaje de la Palabra de Dios y una breve oración.
Para esta misión se prepararon 60 imágenes del santo patrono que eran trasladados por los misioneros y de esa manera se logró visitar más de 2.500 hogares de feligreses católicos y también de otras denominaciones religiosas, indicó el sacerdote.
El espíritu de la misión se asocia con la propuesta del papa Francisco de trabajar por una Iglesia Sinodal: Comunión, Participación y Misión, acotó el religioso.
El cura se mostró entusiasmado y feliz con la respuesta de la gente que participó con alegría de la fiesta popular y acompañó con devoción las jornadas de reflexión y preparación previos a la fiesta, como de la procesión y la celebración eucarística.