Con respecto a la decisión tomada este jueves en la Cámara de Senadores, por medio de la cual se podrá deducir del IVA solo hasta el 30% en alimentos y bebidas, el viceministro señaló que fue una decisión consensuada con el Ministro de Hacienda, luego de diálogos en los que se buscó un punto intermedio.
El funcionario aclaró que es importante considerar la naturaleza del impuesto, pues en caso de una persona que gana sueldo mínimo y aporta al IPS, al ir al supermercado a comprar, esa factura no le servirá para deducir nada, pues todo lo que pagó de IVA ya fue como consumidor final y eso va al fisco.
Sin embargo, detalló Orué, si se permitía deducir el 100 % de impuestos, el profesional o aquel que presta un servicio independiente podría deducir todo lo que pagó, y en ese caso se quedaría con parte del IVA que le cobró a su cliente.
Esto sería injusto, pues ese profesional al ser contribuyente del IVA, entonces solo ellos iban a poder deducir, no los asalariados, entonces habría inequidad en el sistema.
La opción menos perjudicial
Orué explicó que aunque algunos senadores plantearon deducción de 80% y hasta 100%, la SET se plantó en el 30%, pues era la opción que no ocasionaría un perjuicio tan grande al fisco al momento de la recaudación de impuestos.
“El impuesto al valor agregado es al consumo e iba a tener perjuicio grande en caso de aprobarse el 100%”, recalcó el viceministro.
Lea: “IVA supermercado”: Hacienda plantea topear la deducción
Indicó que actualmente ya no es necesario que los profesionales hagan facturas diferenciadas por actividades profesionales y gastos personales familiares, pues el sistema te da la posibilidad de imputar solamente un porcentaje del gasto.
“Si del 100% que gastas en súper, el 90% podés deducir, le aplicas el 90%, porque compraste cosas para tu oficina. Hay una mala concepción de que el IVA es un impuesto formalizador, en realidad nunca fue así, es solo al consumo”, explicó Orué.
Otras posibles deducciones
Con respecto al seguro médico privado y de medicamentos, la norma dice que se podrá deducir pero solo en proporción personal. Eso significa que si pago uno para mi familia, la proporción que a mí me afecte la podré deducir, el resto, no.
En el caso de la compra de un vehículo, también las deducciones de hasta el 30% de IVA, y el mantenimiento, repuestos, etcétera, también de pueden deducir.
El suministro de energía eléctrica, provisión de agua, alcantarillado, etcétera, sí se podrá deducir “como siempre”, aclaró Óscar Orué.
Lo que el Estado dejará de recaudar
Con este tope de 30% de deducción para alimentos y bebidas, el Estado dejará de recaudar anualmente entre US$ 8 y US$ 10 millones.
Hay 280.000 personas que está inscritas como profesionales y prestadores de servicios, y un universo de 300.000 contribuyentes que se verán beneficiados con esto, de un total de 700.000 contribuyentes solo de IVA.
Orué aclaró que esta medida no ayudará a la formalización, y no ingresarán más personas dentro del sistema.
Lea más: IVA: diputados aprueban proyecto de ley que permite deducir compras de supermercados
Industriales “están mal asesorados”
Sobre lo dicho por los representantes de la UIP, de Feprinco, y de la Capasu, que eran partidarios del 100% de deducción para incentivar el consumo, la formalización y combatir el contrabando, el viceministro dijo que “están mal asesorados lastimosamente”.
“El contrabando es una cuestión que las instituciones encargadas deben fortalecer con controles, nosotros luchamos contra el contrabando viendo el esquema de facturas falsas. No porque uno podrá deducir o no habrá menos contrabando, eso es una falacia”, explicó Orué.
Contrabando “no tiene que ver con impuestos”
En segundo lugar resaltó que si uno va por ejemplo a la ciudad fronteriza de Puerto Elsa, “ahí no es 10% la diferencia, no es el impuesto, es mucho más, es 40%, 50% en precios la diferencia, porque es una cuestión de la moneda devaluada en Argentina, entonces es mucho más barato comprar. Es una realidad económica, no tiene que ver el lado de los impuestos”.
En este caso, la última palabra la tendrá el Senado, porque el proyecto original es de Diputados. Por tanto, si los diputados se ratifican el documento tendrá que volver al Senado, y esta cámara tendrá la última palabra.