Miles de turistas cruzaron este fin de semana desde el lado argentino hasta Encarnación aprovechando el día feriado en el vecino país. pero al regresar tuvieron que soportar con estoicismo las largas horas de espera para trasponer el puente internacional San Roque González de Santa Cruz.
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El lento proceso de control migratorio en el centro de fronteras del lado argentino, sumado a una cantidad extraordinaria de pasajeros, provocó demoras que se convierten en una agresión a la integridad de personas de todas las edades, que deben soportar horas sin poder satisfacer necesidades básicas, como acceder a un baño, por ejemplo.
En el lado paraguayo, si bien hay solamente dos casillas para el control de los automóviles, el proceso es relativamente rápido, pues se limita al escaneo de la cédula de identidad del pasajero.
Por otro lado, en el lado argentino, el procedimiento es más engorroso: además del escaneo del documento, los funcionarios deben completar una planilla en línea con datos del conductor y los acompañantes, más los datos del vehículo. Esto lleva al menos dos a tres minutos, dependiendo de la cantidad de ocupantes de cada vehículo.
El gran flujo de turistas compradores es básicamente para comprar abrigos, edredones, frazadas, aprovechando el relativamente bajo precio respecto de lo que se ofertan en la vecina orilla.
“Pese a la demora, hacemos el sacrificio porque las ventajas son considerables”, comentó un automovilista que llevaba dos horas y media en fila, y le esperaba un tiempo similar o mayor para llevar hasta el centro de fronteras. “Por momento, la fila permanece estática por 40 minutos, hasta que se empieza a mover nuevamente, lentamente”, refirió.
Otro de los rubros que beneficia a los compradores argentinos es el de los neumáticos, en los que tienen ventajas de hasta el 50 por ciento en los precios a nivel local.
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Otro sector que suma en el tráfico a través del puente es el de los vendedores de combustibles, de uno y otro lado de la frontera, que se benefician con el bajo precio en el lado argentino.
Estos “paseros” incluso tienen formado un grupo de WahtsApp, mediante el cual intercambian información sobre las condiciones del paso, y si existen o no largas filas, para evitar perder horas en el cruce.