Ante el auge de enfermedades respiratorias y el aumento de la ocupación de camas, esta mañana numerosas personas volvieron a amanecer en las improvisadas carpas de hule que prepararon en las inmediaciones del Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias y del Ambiente. Los familiares de internados se ven forzados a quedarse en esa zona para estar pendientes de sus pacientes.
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Luego de que disminuyeran los casos de COVID-19, solo se quedó una carpa donada por Yacyretá en el patio del Ineram y la misma no da abasto debido a la gran cantidad de pacientes que recibe nuevamente el nosocomio. Las personas afectadas se juntan entre sí y arman carpas con hules negros y encienden braseros con carbón para tratar de aportar un poco de calor y soportar la fría noche.
Por ese motivo, esta mañana pidieron al Gobierno que prepare más refugios, con colchones y frazadas, sobre todo para las personas de escasos recursos que vienen del interior. Así también, contaron que a veces pasan hambre debido al alto costo de la comida en las inmediaciones, por lo cual también solicitaron a la ciudadanía la donación de alimentos.
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