Hato bovino cayó 365.000 cabezas, tras etapas de inundaciones y de sequía

El hato bovino nacional registró una disminución de 365.847 cabezas en comparación con el 2021, periodo en el que se había estancado en relación al 2020, según los datos del Senacsa. La causa de la merma serían las inundaciones de hace tres años y dos de sequía posteriores.

Foto de archivo de mayo de 2019, cuando un alto número de ganado fue trasladado desde zonas bajas hacia algunas más altas, debido a las inundaciones. En ese ciclo hubo mucha mortandad.
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De una cantidad de 13.876.384 ejemplares bovinos que registró el Senacsa a principios de 2021, luego de la campaña de vacunación de hacienda general contra la aftosa, a principios de este año el rebaño bovino nacional quedó en 13.510.527 cabezas, lo que representa una merma del 2,6% en un periodo.

Recordemos que en el 2021 el hato había registrado una cifra de 13.876.384, cantidad que significó un estancamiento en comparación con los 13.801.993 ejemplares bovinos que se tenían contabilizados en 2020.

Es importante señalar que para la estimación del hato se considera principalmente el registro de vacunación, que es el sistema principal de contabilización de la existencia de bovinos. Sin embargo, esa contabilidad no es necesariamente exacta y puede no reflejar con 100% de precisión el hato nacional, sino la cantidad de ganado que se llegó a vacunar.

Pero también se debe señalar, que en su momento, en el 2019, los expertos del sector ganadero ya habían pronosticado que la importante cantidad de crías que se malograron ese año a causa de las inundaciones tendrían impacto negativo en las estadística ganaderas recién dos periodos después. También debemos recordar que durante la mayor parte del 2020 hubo sequía con graves incendios en numerosas zonas pecuarias, y la escasez de lluvias se repitió durante el 2021, a causa de la instalación del fenómeno climático La Niña.

Imagen de archivo de un campo ganadero en el 2019, a causa de las inundaciones.

Entonces, las inundaciones de hace tres años, las sequías de 2020 y 2021, con incendios que arrasaron campos de cría, sumado al alto índice de extracción por el crecimiento de las exportaciones de carne, entre otros factores, afectaron para la regresión del hato ganadero.

Registro del hato bovino del Senacsa, del 2022

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