El orgullo de cualquier ciudad del exterior es su centro histórico. Allí se dialoga con el pasado, con el heroísmo de sus hijos y se puede apreciar las monumentales obras que dejaron sus autoridades. En Asunción ocurre todo lo contrario. La capital del Paraguay está abandonada, sucia y ocupada por chacariteños gracias a la complicidad de las autoridades de la Municipalidad de la Capital y de la Secretaría Nacional de Cultura.
En el caso del centro histórico, las plazas ubicadas frente a los edificios históricos del Cabildo, la Comandancia de la Policía y la Catedral Metropolitana siempre estuvieron al cuidado de la Municipalidad. Y al amparo de los concejales y seccionaleros registraban las ocupaciones.
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Esta situación cambió a partir de la Ley N° 6284 del 2018 que declaró “Patrimonio Histórico Nacional las plazas Independencia, Juan de Salazar y la de Armas”; y comenzó el ping pong entre la Municipalidad y la Secretaría de Cultura. La primera dice que no puede intervenir porque no es su competencia y la segunda que no tiene fondos para hacerse cargo. Y en este dilema está el centro, pero los ciudadanos asuncenos pagan por mantenimiento de plazas.
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La cuestión es simple, la imagen y el cuidado de la ciudad es competencia de la Municipalidad, y como tal debe recurrir a la justicia para obligar a la Secretaría de Cultura a mandar despejar el lugar.
Desagradable imagen
La imagen de la capital del país es tan desagradable que la Municipalidad y la Secretaría de Cultura deben encontrar una solución. En el sitio están un grupo de personas que invadieron la calle República en la Navidad de 2020, cuando un incendio devoró sus chozas y parte de la estructura trasera del antiguo Cabildo, que actualmente está siendo refaccionada a costilla de los contribuyentes.
Recorrer por lo que fue un lugar histórico para la nación hoy en un peligro. La indigencia y la marginalidad están a la vista. La podredumbre en la calle. Un caudal de cloaca y agua servida sale de la plaza que está frente a la Catedral, corre varios metros y se pierde al costado del Cabildo. Las chozas de terciadas, algunos con acondicionadores de aire, albergan almacenes y en su alrededores gallineros. Las ropas de los ocupantes se exhiben en los tendederos de los pasillos.
Lo que fue la hermosa baldosa de la plaza ubicada frente al Cabildo está destruida. Anteriores ocupantes la habían agujereado para instalar los puntales de sus chozas; en esos agujeros hoy crecen yuyos y a la vista da la sensación que el lugar fue arrasado.
Baño público
Pero no solamente esta parte de Asunción está abandonada. Llegar a este lugar caminando por las veredas es desagradable. A cada paso el olor es hediondo. Los mendigos convirtieron las veredas en baño público.
¿Quién se hace cargo de esta deplorable imagen de la capital? Y son la Municipalidad y la Secretaría de Cultura. Asunción está abandonada por obra y gracia de estas dos instituciones.