El fiscal Marcelo Pecci fue asesinado a sus 45 años el martes pasado en la península de Barú, ubicada en Cartagena de Indias, Colombia. El agente del Ministerio Público murió tras recibir tres impactos de bala que fueron efectuados por dos presuntos sicarios, cuando se encontraba de luna de miel junto a su pareja, Claudia Aguilera, en la playa privada del hotel Decameron.
Luego de haber sido inspeccionado por forenses colombianos, los restos del fiscal arribaron a nuestro país en la madrugada de ayer, sábado. Ya en territorio paraguayo, el cuerpo de Pecci fue velado hasta hoy, domingo.
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Este domingo, el féretro fue trasladado a la parroquia San José de Asunción, donde el 30 de abril pasado el fiscal había contraído matrimonio, para el último adiós. Familiares y cercanos de Pecci brindaron una sentida despedida.
Última morada en Cementerio de la Recoleta
A las 13:00 aproximadamente, los restos del agente contra el crimen organizado fueron retirados de dicha iglesia y fueron trasladados a la sede del Club Guaraní de la Capital, equipo deportivo del cual Pecci era considerado fanático. Posteriormente, el féretro llegó hasta el Cementerio de la Recoleta, donde a las 15:00 estaba prevista su sepultura.
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Su padre, Francisco Pecci, durante la ceremonia de sepultura brindó unas declaraciones y recordó nuevamente a su hijo como un hombre de convicción, además de mencionar anécdotas que marcaron la vida de Marcelo.
Asimismo, manifestó nuevamente que su hijo fue asesinado por su labor como agente contra el crimen organizado. “Él no claudicó, cumplió con su deber. Él enfrentó el golpe porque en su vida él fue así. (...) El pueblo en general entiende que a él lo mataron desgraciademente porque molestaba por su honestidad a mucha gente”, lamentó.
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Los padres de fiscal, su esposa Claudia, otros familiares y amigos llegaron a la última morada y brindaron una nueva sentida despedida a Marcelo, como lo conocían sus más cercanos.