Aunque no pueden dar declaraciones oficiales, los investigadores aparentemente ya tienen pistas más concretas sobre los sicarios que acabaron con la vida del fiscal delegado de Crimen Organizado de Paraguay, Marcelo Pecci.
El atentado se produjo el martes de mañana en la playa del complejo hotelero Decameron Barú, en la península de Barú, a casi una hora en vehículo del centro de la ciudad de Cartagena de Indias, capital del departamento de Bolívar.
Luego del crimen de Pecci, la Policía Nacional de Colombia tomó las tiendas de la pesquisa y el Gobierno del presidente Iván Duque ofreció una recompensa de hasta 2.000 millones de pesos por la cabeza de los asesinos.
Casi en simultáneo, fue divulgado el identikit del autor material del homicidio, con lo que la ciudadanía empezó a brindar información.
Proceso de filtración de datos
El director general de la Policía Nacional, general Jorge Luis Vargas Valencia, ya había adelantado 48 horas atrás que estaban en proceso de filtración de datos, es decir, que iban descartando las informaciones inconsistentes y evaluando las coherentes.
Ayer, trascendió en Cartagena de Indias que ese proceso de clasificación de información produjo un avance significativo en la investigación, aunque la magnitud no fue precisada.
Las averiguaciones del caso están a cargo del Cuerpo Técnico Investigativo (CTI) de la Fiscalía de Colombia, con acompañamiento de la Policía Nacional.
El FBI y la DEA de Estados Unidos también tienen agentes especiales involucrados en el caso.
Por Paraguay, siguen desplegados en este país el jefe de Crimen Organizado de la Policía, comisario principal Sergio Daniel Insfrán Martínez; el jefe de Antisecuestro, comisario principal Nimio Abel Cardozo Espínola, y el jefe de Inteligencia de Crimen Organizado, subcomisario Pedro Heriberto Lesme Servín.