La agente fiscal Ana Girala encabeza la acusación contra una pareja y dos hombres que habrían sido contratados para balear a Wilma Castillo Noguera, quien estaba embarazada al momento del atentado. Hoy se inicia el juicio oral y público por tentativa de feminicidio, violación a la ley de armas y robo agravado.
“La víctima continúa con los impactos de bala, dos en la cabeza y uno en el hombro, que nunca se pudieron extraer”, enfatizó la agente del Ministerio Público. La mujer se salvó e incluso pudo culminar su embarazo.
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Según la acusación, los autores intelectuales del hecho fueron Martín Antonio Vera y su esposa Bernardina Duré Aquino, mientras que los autores materiales, Marcos Benítez Armoa (conductor de la moto) y Roque Javier Vera (hermano de Martín).
“La víctima era pareja extramatrimonial. La esposa estaba trabajando en España, se entera de ello y regresa a Paraguay. Estando acá se entera de que estaba embarazada y que presuntamente eran gemelos, entonces intentó contactar con la víctima porque quería ‘solucionar’. El esposo de la señora le había advertido de esa circunstancia (a Wilma) porque era muy peligrosa y le dijo que no acepte ningún trato ni comunicación”, detalló.
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No obstante, en un momento dado, la esposa convocó al hombre y a la víctima hasta la avenida Avelino Martínez, en San Lorenzo, con la excusa de entregar dinero para ayudar a Wilma con su tratamiento durante el embarazo. “El señor nunca llegó. Hay cruces de llamadas, extractos e informes de teléfonos y hasta pericias de voz que nos llevan a la certeza de que todo fue orquestado por la pareja. El padre de la criatura contrató a su hermano, quien realizó los disparos”, precisó.
Por otra parte, la agente resaltó que el bebé lleva el nombre de su padre, el presunto autor intelectual del atentado contra su mamá. En ese sentido, dijo desconocer si existe algún tipo de relacionamiento y acuerdo entre la víctima y Martín con el objetivo de evitar alguna condena.
Cabe destacar que los autores materiales fueron detenidos apenas media hora después de haber perpetrado el atentado y tenían en su poder una fotografía de la víctima, por lo cual lo que parecía haber sido un asalto violento terminó derivando en la investigación por un intento de homicidio.