El presidente de la República, Mario Abdo Benítez, toma juramento al diplomático de carrera con rango de embajador Julio César Arriola, como ministro de Relaciones Exteriores (RR.EE.). El nuevo canciller nacional es hermano de la directora de Migraciones, Ángeles Arriola.
La ceremonia se llevará a cabo en el Palacio de López. Será el quinto canciller nacional del Gobierno de Abdo Benítez y el 116 de la historia paraguaya. El nuevo relevo refleja la profunda inestabilidad del Gobierno en la conducción de las relaciones internacionales.
La situación institucional en la Cancillería se agravó con el tratamiento del polémico proyecto de ley del servicio diplomático (tiene media sanción del Senado) en estudio en Diputados. La nueva norma posibilitará el ingreso a los escalafones permanentes al denominado cupo político que cumple servicios en embajadas y consulados. Varios políticos colorados serían beneficiados.
Inestabilidad en la Cancillería
El 15 de agosto de 2018 asumió en RR.EE. el senador colorado oficialista con permiso, Luis Castiglioni. Renunció el 31 de julio del 2019, tras la profunda crisis por la firma del acta bilateral entreguista con Brasil.
Asumió como canciller, el diplomático de carrera Antonio Rivas Palacios, en ese entonces vicecanciller. Le tocó desactivar el acta entreguista. Fue relevado en el cargo el 13 de octubre del 2020 por el entonces asesor internacional Federico González Franco, quien ejerció el cargo solo tres meses.
El 22 de enero de 2021 fue relevado para asumir la dirección general paraguaya de Itaipú. No tuvo acuerdo del Senado y renunció. Asumió Euclides Acevedo, quien renunció el 29 de abril pasado para postularse a la Presidencia de la República.
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Inminente blanqueo de políticos
El proyecto de ley del servicio diplomático del Ministerio de Relaciones Exteriores (RR.EE.) en estudio en Diputados posibilitará el ingreso a los escalafones permanentes al denominado cupo político que cumple servicios en embajadas y consulados. Varios políticos colorados serían beneficiados porque ocupar cargos con rangos diplomáticos.
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El tratamiento del polémico proyecto de ley del servicio diplomático, consular, administrativo y profesional (busca derogar la actual Ley Nº 1335/99) que habilita el ingreso masivo de funcionarios cuyo impacto presupuestario se calcula en U$S 2,5 millones anuales aproximadamente, pone en el tapete la presencia del denominado cupo político en el servicio exterior.
La iniciativa tiene media sanción del Senado, que aprobó el documento con fuerte lobby de la senadora colorada oficialista Lilian Samaniego, cuya pareja Jorge Coscia Saccarello, es cónsul general en Foz de Iguazú.
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El diputado colorado oficialista Freddy D’Ecclesiis pretende plantear que por única vez se incorpore a funcionarios diplomáticos y consulares que no sean de carrera con una antigüedad de 6 años que permitirá abrir la canilla para nuevos ingresos en plena campaña. Su hija, Carolina D’Ecclesiis, es oficial en el Consulado en Río de Janeiro. Si bien no ocupa un cargo diplomático, podría ser beneficiada por un laguna legal.
En el actual gobierno una decena de políticos colorados fueron designados en cargos diplomáticos, con jugosos salarios. Mencionamos por ejemplo, la designación de la cónsul en Clorinda (Argentina) Belinda Gómez, exconcejal colorada de Villa Hayes e hija del exsenador colorado Octavio Gómez. Este nombramiento, como varios otros, viola el artículo 42 de la Ley Diplomática 1335/99.
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