Desde hace varias semanas se discute con más fuerza sobre la necesidad de hacer visible la lucha contra la matanza de las zarigüeyas, cuyo nombre científico es Didelphis Albiventris, pero en Paraguay son conocidos como “mykurẽ”. La discusión llegó hasta la Junta Municipal de la capital, que aprobó ayer la declaración de valoración e importancia de esta especie en la ciudad de Asunción.
La concejala Jazmín Galeano comentó la noticia en sus redes y agregó que también los ediles decidieron encomendar a la Intendencia, a través de una minuta, el inicio de campañas de difusión en redes sociales de educación y concienciación sobre la importancia de la conservación de estos animales.
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Además, adelantó que desde su despacho trabajan en un proyecto de ordenanza para la protección de la fauna silvestre urbana, que forma parte importante y elemental para el ecosistema. Mencionó por ejemplo a los murciélagos, las ranas, la ura y las abejas. “Es momento de terminar con algunos mitos y educar a la ciudadanía para la protección de las especies que cumplen un papel en el balance del ecosistema”, consideró.
Un poco más sobre el mykurẽ
En Paraguay, existen 18 tipos de zarigüeyas, que generalmente habitan en patios o casas de zonas suburbanas. Se alimentan de bichos, insectos, serpientes con veneno, ranas, alacranes, pequeños roedores, garrapatas, también frutas y algunas hojas verdes.
Desde el Mades, destacan que son dispersoras de semillas y contribuyen al control biológico de plagas. Además, afirman que son animales inofensivos, es decir no representan peligro para la ciudadanía.
No obstante, también comen huevos o pollitos, por lo cual muchos ciudadanos optan por cazarlos y matarlos para acabar con ese problema. Sin embargo, cabe resaltar que no son atacados solo por este hábito, sino porque igualmente mucha gente les teme por su aspecto físico.
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Según cuentan los rescatistas, esta especie es curiosa pero muy asustadiza, por lo cual reacciona con violencia cuando invaden el espacio que están ocupando o quizás el punto donde están anidando. Loiken Knöpfelmacher, estudiante de veterinaria y rescatista de esta especie, contó que generalmente solo generan temor al abrir la boca y mostrar los dientes, pero muy pocas veces muerde.
Así también, suelen ser cazados debido al mito de que expiden un mal olor, porque algunas personas confunden a la zarigüeya con las comadrejas.
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Qué hacer
La recomendación es dejar a estas especies que convivan en su hábitat natural, puesto que no afectan a las personas. Sin embargo, si se encuentran en riesgo, se pide a la ciudadanía llamar a los bomberos voluntarios, al Mades (021) 287 9000 o a la “doctora Mykurẽ”, al 0981 888 088.