¿Cuál es la estrategia del Gobierno paraguayo de turno para ese futuro de la entidad binacional, para ese plazo que ya se perfila con contundencia a tan solo 17 meses de distancia?
Según las manifestaciones públicas de sus voceros - expresas e impresas - especular con el Costo de Servicio de Electricidad (tarifa) de Itaipú, a pesar de las acentuadas modificaciones que sufrirán, con el fin de asegurarse ingresos, relevantes pero extraños a la producción y comercialización de la energía de la central.
Hasta hoy, 17 de marzo de 2022, el Gobierno paraguayo sigue aferrado a una posición: congelar la actual tarifa de Itaipú en un nivel vigente hace más de una década y distribuirse en partes iguales la entrada adicional que generará esta política.
Lea más: El Tratado de Itaipú cumple 50 años de vigencia dentro de 17 meses, ¿y la revisión del Anexo C?
Ingreso adicional
Adicional porque el peso de los componentes mencionados de la canasta de costos de Itaipú debe reducirse a medida que se acortan los plazos de devolución, una operación lógica en toda actividad financiera por más simple que fuere, aunque cuando se trata del renglón financiero de la entidad binacional “hasta lo cierto se hace dudoso”.
Si extendemos nuestra mirada, al menos hasta el 2023, o sea hasta dentro de 17 meses, de los documentos oficiales se desprende la misma estrategia, claro un poco más amplia, con montos superiores pero, en definitiva, es la misma filosofía. Jugar con la tarifa, para que sobre el costo genuino de Itaipú se canalice hacia los tesoros de ambos países ingresos extraordinarios mediante la incorporación al conjunto “costos del servicio de electricidad”, de nuevos conceptos y por ende de montos que sustituyan a las cargas y amortización de los préstamos que hizo la entidad.
Lea más: Senado comprueba nulo avance en tratativas sobre tarifa 2022 de Itaipú
La exportación real de nuestro excedente, no la “cesión” a cambio una exótica “compensación” son apenas consignas para cazar votos en los períodos electorales. En rigor, en el cronograma de este gobierno, la plena disponibilidad de la energía paraguaya en Itaipú fue reservada para las calendas griegas.
Comercialización y operación
Vianna, el penúltimo director general brasileño de la entidad desde el 20217 hasta hoy, advertía cinco años atrás que debía revisarse “como va la comercialización” la energía de Itaipú.
En su entrevista con la publicación brasileña de referencia, el Ing. Vianna expuso otra preocupación: el sistema de operación de la central.
“Tenemos una sola planta. En la sala de control hay operadores paraguayos y brasileños. El mantenimiento lo hacen operadores de ambos países”, agregó.
El técnico, que también fue director de la Companhia Paranaense de Energía S.A, una de las empresas eléctricas más grandes del Brasil, retomaba entonces, muy tangencialmente, la idea que habían manifestado otros colegas suyos, paraguayos, antes del 2000, en los años en que que discutían la frutrada modificación del Anexo A (estatuto de Itaipú): la posible división operativa de la usina en sus partes paraguaya y brasileña. Recordemos que hay diez unidad de 50 Hz (la frecuencia paraguaya) y diez de 60 Hz. (la frecuencia brasileña).
La tarifa intermedia
En uno de los documentos que la Cancillería subió a su página web en 2021, se lee la posible estrategia paraguaya para la revisión del Anexo C en 2023:
-Tarifa alta: US$ 22,60/kWmes. Se mantiene la tarifa con nuevos componentes del “costo” que reemplace al servicio de la deuda en similar proporción.
-Tarifa baja: US$ 9,61/kWmes. Aplicación del Anexo C, sin nuevos componentes.
-Tarifa intermedia, US$ 15/kWmes, con nuevos componentes del “costo” en una proporción del 50% del servicio de la deuda. Fue la recomendada por las comisiones técnicas al Equipo Negociador.