La historia recordará el 2020 como el año en que el mortal virus del SARS-CoV-2 se expandió por el mundo y causó la muerte de millones de personas. Tras el primer caso de covid-19 en Paraguay, reportado por el Ministerio de Salud Pública (MSPBS) el 7 de marzo del 2020, se registraron poco más de 645.000 casos y la defunción de 18.500 personas.
A dos años de aquel día en el Gobierno nacional impuso las primeras medidas restrictivas para evitar la propagación comunitaria del virus (10 de marzo del 2020) como la suspensión de las clases presenciales y de eventos de masiva aglomeración y que la Organización Mundial de la Salud (OMS) caracterizó al covid-19 como pandemia (11 de marzo del 2020), Paraguay sigue arrastrando la crisis que dejó el virus.
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En aquel momento, las medidas sanitarias aplicadas en el país por un periodo de 15 días fueron bien recibidas por la ciudadanía. No obstante, tras el primer deceso a causa de la enfermedad (20 de marzo del 2020), las restricciones se fueron endureciendo quedando prohibido la libre circulación a nivel nacional y el cierre de todos los locales comerciales no esenciales.
Aunque durante aquel primer año de pandemia, Paraguay no registró una explosión de casos de covid-19 como acontecía en otros países de la región, las prohibiciones causaron estragos en la población, principalmente en el sector comercial que se vio obligado a cesar sus actividades y cerrar sus puertas por varios meses.
Medidas adecuadas, en su momento
Pese a las críticas que hasta hoy recibe el Gobierno nacional por la extensión de las restricciones sanitarias que se prolongó más de lo esperado y afectó a miles de paraguayos que hasta la actualidad siguen padeciendo las consecuencias de las decisiones tomadas en aquel momento, la doctora Sandra Irala de la Dirección General de Vigilancia de la Salud aseguró a ABC que las medidas aplicadas en el país siempre fueron las adecuadas en su momento.
La epidemióloga resaltó sin embargo, que las restricciones impuestas fueron acciones que solo se pueden aplicar durante un corto periodo de tiempo, por lo que actualmente -resaltó- se debe insistir con la vacunación y el uso de mascarilla, principalmente.
“Cuando vimos que la amenaza era cercana, se comenzó a organizar la respuesta. Lo primero fue la contención para retrasar la entrada del virus a través del control de viajeros y los primeros datos daban cuenta de que hacia falta, por ejemplo, ampliar nuestras camas de terapia intensiva. Esa primera etapa fue de preparación”, recordó la epidemióloga.
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La doctora Irala defendió también la cuarentena sanitaria que se aplicó en Paraguay a quienes llegaban del exterior al mencionar que el periodo de aislamiento de posibles infectados por algún tipo de virus potencialmente contagioso es una herramienta básica que se ha utilizado siempre para contener enfermedades infecciosas.
“En el caso del covid-19 se sabía que tenía un espectro muy amplio de casos asintomáticos que siempre representa un gran desafío porque uno no sabe quién está enfermo. Fue así que se decidió también aplicar la suspensión de clases y la organización de eventos masivos”, dijo.
Decisiones sanitarias según evidencia
La experta mencionó también que Paraguay tuvo una “gran diferencia y cierta ventaja” ante otros países al ser uno de los primeros en tomar medidas de contención contra el virus al evitar por ejemplo, la movilidad e interacción entre las personas.
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“Eran nuestras únicas armas en ese momento para hacer frente a la pandemia. Los resultados de contención en otros países no dieron los mismos resultados que en Paraguay porque ya se estableció después de que empezó la expansión de la enfermedad. Sin embargo acá, las medidas se aplicaron antes de la propagación del virus y resultó por un largo periodo”, sostuvo.
La doctora Irala subrayó también, que se debe recordar que las decisiones sanitarias se tomaron y se siguen tomando en base a las evidencias del momento.
“Siempre nos vamos adaptando a las nuevas evidencias. Los avances se hacen después de tener evidencias. Los tratamientos y medicación también fueron cambiando a lo largo de este tiempo. La cloriquina por ejemplo, que dejó de utilizarse o el plasma convaleciente que se usó por un tiempo en el país. Los primeros tratamientos que se establecieron, se desestimaron posteriormente con las evidencias que fueron surgiendo”, mencionó.
El antes y el después de las vacunas
En otro momento, la epidemióloga mencionó que la pandemia del covid-19 tiene un antes y un después de las vacunas anticovid.
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“Hay un antes y un después de la pandemia con respecto a vacunación. No se puede decir que las vacunas evitaron tal cantidad de muertes. Se deben evaluar todas las demás medidas porque se aplicaron estrategias combinadas. Sin duda alguna la vacuna es la más importante, pero ahora, por ejemplo, la variante ómicron elude un poco la protección, pero sigue siendo muy importante para evitar las formas graves de la enfermedad”, dijo la experta.
Actualmente, pese a la disponibilidad de biológicos, la vacunación en Paraguay sigue siendo un desafío para Salud Pública.
Según los últimos datos del Programa Ampliado de Inmunizaciones (PAI), 3.828.122 personas cuentan con las primera dosis del biológico, de los que 3.233.060 ya se dosificaron con el segundo antiviral y 1.56.981 personas ya recibieron la tercera dosis o primera vacuna de refuerzo.