Ariel Felippo, del Centro Azucarero y Alcoholero Paraguayo (CAAP) reportó una estrepitosa caída de las ventas y que a causa de ello, a fines del año pasado los depósitos de las azucareras tenían 100.000 toneladas de azúcar, valuado en US$ 40 millones. Indicó que siguen buscando mercado en el extranjero para colocar la producción, aunque destacó que una parte ya se vendió mediante una “exportación creativa”.
“A nivel mundial se registraba el conflicto de contenedores, los precios estaban altísimos, entonces subimos a un barco hasta Uruguay y ahí pudimos embarcar para Europa, que es mayormente el mercado del azúcar orgánico”, comentó.
Añadió que la Cámara Paraguaya de Supermercados (Capasu) registra una caída de ventas del azúcar, y eso se da en coincidencia con el ingreso masivo del contrabando. “Pedimos al Presidente de la República que dé un golpe de timón, que demuestre de verdad la intención de combatir el crimen organizado, porque el contrabando es tan crimen organizado como el tráfico de drogas”, remarcó.
Seguidamente ironizó, que así como la Administración para el Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos vino a Paraguay para apresar narcos, “vamos a traerle a la aduanas o la marina americana para meter presos a los contrabandistas”, ironizó.
“El jefe de contrabandista es igual de culpable que el jefe de narcotraficantes. Deberían tener las mismas penas y ser perseguidos con igual fuerza. El dinero de la droga es tan sucio como el del contrabando”, sostuvo.
Mata a la industria
Felippo recordó la característica que tiene el cultivo del azúcar, cuya zafra sólo se realiza una vez al año, en mayo. Se trata de una situación que les obliga a brindar un buen precio para que sea un negocio atractivo para los productores. Sin embargo, el contrabando está amenazando a la industria.
“El panorama está complicado, porque nosotros tenemos que juntar dinero para empezar nuestra zafra en mayo, y todavía estamos con excedentes. Está negro el panorama”, dijo. Agregó que finalmente el productor es el que sufre porque no se le puede pagar lo suficiente por su caña de azúcar. El agricultor no queda contento y por lo tanto no va a producir más el rubro y así se va muriendo la producción, resaltó.
Recordó que en los últimos quince años tres azucareras cerraron, situación que deja desempleada a una gran parte de la población de la zona.
Lea más: Así es el contrabando entre Paraguay y Argentina, a través del Paraná
La industria azucarera es uno de los gremios que se unieron para exigir “cabezas” de la lucha anticontrabando, entre ellas la del ministro Emilio Fúster, y el comandante de la Armada, Carlos Velázquez, hermano del vicepresidente de la República, Hugo Velázquez. Los empresarios están indignados al conocerse imágenes de funcionarios públicos que colaboraban con contrabandistas, cuando su función es impedir el ingreso ilegal.