“La triangulación desapareció hace tiempo, gracias a los esfuerzos y colaboración del gremio para verificar in situ la producción de las confecciones a exportar”, explicó Santiago Colombino, vicepresidente de la Asociación.
Añadió que el MIC no tiene la capacidad para controlar que la tela importada sea la que fue transformada para su exportación. “Nosotros conocemos la industria y sabemos qué maquinarias se requieren para determinadas producciones”, afirmó.
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Colombino recalcó su temor que sea un mecanismo para lavar dinero. El Gobierno “abrió la canilla para el descontrol”y necesitamos que se revoque”, dijo.
Por su parte, el viceministro de Comercio, Pedro Mancuello, indicó que la tendencia del comercio internacional es simplificar los trámites en la emisión del certificado de origen para su exportación, que es parte del acuerdo de la Organización Mundial del Comercio.
“El propio exportador hace, es una autorcertificación. Tiene las reglas para evaluar y hace una declaración jurada en el que emite su certificado de origen y el país receptor cree en eso y tiene la posibilidad de verificar, que en caso de incumplimiento, se sanciona”, dijo.
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Mancuello añadió que las tasas ( la que cobraba AICP por el control) hace perder competitividad al exportador. “Tenemos una tabla de costos, era más de US$ 100, la que empresarios tenían que pagar y nos reclamaban que perdíamos competitividad y tiempo”. Esta semana prevén una reunión para atender la demanda del gremio.