Católicos inician la Cuaresma

Reconocer la debilidad humana para que con la misericordia de Dios se pueda superar el pecado, como la corrupción, fue el reclamo del cura rector de la Catedral Metropolitana, Pbro. Reinaldo Roa, en el inicio de la Cuaresma.

El sacerdote y la religiosa imponen la ceniza durante la misa cuaresmal.Heber Carballo
audima

El sacerdote presidió esta mañana la misa y la imposición de la ceniza que dieron inicio a la Cuaresma en el principal templo capitalino. La Iglesia invita a sus seguidores a practicar la oración, la solidaridad y la caridad en este tiempo litúrgico que culminará el Jueves Santo.

Roa pidió reconocer las limitaciones y dejar de lado la soberbia. “Vivimos una vida de acuerdo a nuestro antojo y estamos en falta ante Dios. Somos pecadores y esa falta no solo afecta a una persona, sino también al otro”, apuntó. Propuso hacer un examen de conciencia para ver la relación con Dios y luego con los demás. Agregó que el ser humano está tentado por el mal y por los placeres de la vida y necesita de la misericordia de Dios. “Hoy vemos que la corrupción afecta a la sociedad y es por la debilidad humana”, indicó.

La feligresía acudió ayer a la misa para imponerse la ceniza.

Según Roa, esta debilidad también se manifiesta en la mentira y reiteró solo la misericordia de Dios da la voluntad para superar los males. Mencionó que en la iglesia se promete no mentir, pero al llegar a la casa ya se miente y es por la debilidad, que solo con la ayuda de Dios se puede superar.

El sacerdote impone la ceniza en la frente de una creyente durante el inicio de la cuaresma.

Ayuno

Seguidamente, resaltó la importancia del ayuno porque el creyente pone a prueba su capacidad de dominar el organismo. Explicó que esa privación ayuda a controlar las pasiones y el desorden del comer y comer. “El ayuno ayuda a decir no al cuerpo, pero no solo a la comida sino también a la impaciencia y a la gula”, sostuvo.

Pbro. Reinaldo Roa durante la misa que ofició en la Catedral Metropolitana.

Finalmente, invitó a los presentes a practicar la caridad, que significa despojarse de algo y compartir con el semejante necesitado.

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