El Corredor Vial Bioceánico dio mano de obra a 2600 trabajadores y en su diseño final incluyó 15 pasos de fauna, ubicados estratégicamente a lo largo de su trayecto. Con esto se busca proteger a los animales que se desplazan en torno a la nueva vía asfaltada. Se trata de obras de drenaje modificadas de forma transversal, diseñadas para reducir el efecto barrera y mantener la conectividad entre ecosistemas.
Estas estructuras facilitan la dispersión y el desplazamiento de las especies, reduciendo así la mortalidad por atropellamiento, por lo tanto, se minimiza la presión sobre la fauna silvestre.
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Por otro lado, se buscó la mitigación de impacto ambiental y socioeconómico relacionado con el Corredor. Se trata del Plan de Pueblos Indígenas (PPI) y del Plan de Apoyo a las Comunidades Indígenas (PACI), liderado por el Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones (MOPC), a través de la Dirección de Gestión Socio Ambiental (DGSA) y del Consorcio Vial Bioceánico.
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El PPI busca mitigar los posibles impactos ambientales y socioeconómicos en las comunidades indígenas, así como también contribuir a la participación económica y social de las mismas, mediante el mejoramiento de la infraestructura productiva, de movilidad y transporte, de formación y capacitación.