Doña Digna Amarilla, quien hoy ya tiene 83 años, trabajaba como cocinera en la Casa de Retiro San Alfonso, en Carapeguá. La mujer contó que durante varios años cuidó a bebés recién nacidos, a pedido del sacerdote Edmundo Rosa y la hermana redentorista Fabiola Camacho.
Contó que ella debía cuidar a los bebés en sus casas hasta que el pa’i Rosa y la hermana Fabiola terminaran de tramitar la adopción para que los pequeños sean enviados a vivir con familias italianas.
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Doña Digna relató que en una ocasión le encargaron el cuidado de una niña con la cual se encariñó mucho. “Un día le bañé, le vestí y la llevé conmigo a misa. Ahí la hermana Fabiola me vio y me mandó decir que vuelva a la casa y que nadie tenía que verme con la bebé”, relató. Es decir, por algún motivo buscaban esconder a los pequeños.
Sobre el origen de los niños, la mujer dijo desconocerlo. “Ellos no me decían de dónde les traían”, manifestó en guaraní en una entrevista para ABC TV.
También contó que en una ocasión cuidó a un bebé por un tiempo, pero los sacerdotes no consiguieron cerrar la “adopción” con una familia de Italia, por lo cual terminó siendo adoptado por una pareja de Acahay.
Niega conocer a doña Digna
La hermana redentorista Fabiola Camacho dio una versión totalmente distinta. En primer lugar, dijo desconocer a la señora Digna, quien la mencionó en varias ocasiones durante su relato.
Sobre las adopciones, dijo que siempre se desarrollaban en el marco de la legalidad. Mencionó, por ejemplo, que los sacerdotes ayudaron para las adopciones de dos niñas que hoy en día viven en Verona y en Valencia, con quienes hasta la fecha ella mantiene contacto.
Dijo que incluso en una ocasión el padre Rosa fue a conversar con el presidente de la Corte para que este lo ayude a agilizar los trámites para que una niña pueda ser adoptada y viajar a Italia.
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¿Adopciones realmente legales?
Fuentes relataron que en la década de los ‘80, el sacerdote Atilio Cordioli realizaba filmaciones de la difícil realidad del Paraguay y la pobreza en la cual vivían muchas familias. Su objetivo era conseguir fondos y también mostrar la necesidad de muchos niños que podían ser adoptados por familias de Italia.
Muchas familias donaban para el cuidado de niños, mientras que otras “donaban” para conseguir la adopción. Se desconoce hasta el momento si los trámites eran verdaderamente legales, pero, de acuerdo a los relatos recolectados, se cree que se trataría de una red de tráfico de bebés que operaba en esa época.
Cabe resaltar que esta historia surgió gracias al caso de Enrica Locatelli, una mujer que meses atrás empezó la búsqueda de su familia biológica. En su lecho de muerte, su madre le reveló que fue adoptada y que su familia era oriunda de Pilar, Paraguay. Luego de mucha búsqueda, encontró a sus hermanos.
La semana pasada, Enrica llegó a Paraguay y fue recibida con mucha emoción por parte de sus hermanos y sobrinos. En medio de esa búsqueda, la familia denunció que una prueba de ADN fue adulterada presuntamente por el padre Cordioli.
Los hermanos aseguraron que la bebé fue llevada de manera irregular por los sacerdotes, mientras su mamá se recuperaba de un grave problema de salud.