El procedimiento duró menos de dos horas y en el cuerpo de Cristina “Vita” Aranda se encontró un proyectil alojado en su cabeza, lo que le causó la muerte anoche durante el concierto Ja’umina Fest en San Bernardino.
El proyectil quedó justamente dentro, porque la teoría de los investigadores es que la bala ya pasó por otro cuerpo antes, que sería del otro asesinado.
Se identificó un orificio de entrada con un proyectil encaminado que fue extraído para su análisis. La mujer tuvo pérdida de masa encefálica. Incluso se le detectó un refilón de bala en una de sus piernas.
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Queda pendiente otro análisis, que es el de la trayectoria del disparo, para tener otros elementos y estimar la distancia y desde qué punto salió esa bala. Se realizarían estudios balísticos para comparar con otros casos similares.
Familiares de Vita Aranda en la morgue judicial
Sus familiares, entre ellos “Tito” Torres, acompañaron el proceso y aguardaron hasta que finalizó.
Marcos Rojas Mora recibió ocho balazos
En principio, no se tenía certeza si le iban a practicar algún chequeo al cuerpo de Rojas, pero finalmente fue al mismo tiempo que Aranda. Según el fiscal Pecci, se hallaron ocho impactos de bala en varias partes de su humanidad.
En su caso, no se le encontró ningún proyectil alojado en su organismo. Además, se aprovechó para verificar la identidad y comprobar que sea Marcos rojas. Los ocho orificios fueron de entrada y salida. No se presentó ningún familiar a reclamar sus restos.
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Hipótesis de la tragedia
Los encargados de la investigación no descartan que en lugar de un sicariato, el origen de todo, sea una riña previa entre varias personas. Pues, se cree que hubo algún altercado previo o dentro de algún camarote, sumado a los efectos del alcohol, y que por eso, el asesino comenzó a disparar.
Investigadores dijeron que no había cámaras de circuito cerrado dentro del anfiteatro. Manejan informaciones que van a ir cotejando con respecto a los autores. Es casi una certeza que la víctima colateral fue “Vita” Aranda.
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