Desde la experiencia de trabajo con mujeres víctimas de violencia en la relación de pareja, Angélica Roa hace algunas reflexiones que nos pueden ayudar a leer esta realidad, ante la serie de hechos de feminicidios que se vienen registrando en el país.
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“Hace apenas 23 años que entró en vigencia el código penal paraguayo. Anteriormente nos regíamos por el código de Teodosio González que eximía de pena al hombre que sorprendía a su esposa en pleno adulterio y la mataba”, recuerda.
La psicóloga clínica que trabaja el tema de violencia hacia las mujeres dice que para una gran parte de la población, la relación de pareja es un vínculo de pertenencia, todavía se sigue pensando que la esposa es propiedad del marido.
“Seguimos viviendo en una sociedad que justifica la violencia cuando no se reconoce el aporte del feminismo a los cambios en la condición de la mujer, cuando hay una resistencia y oposición a todo lo que implique enfoque de género en la educación o en la legislación. Las personas que se oponen al debate sobre estas cuestiones impiden la implementación de políticas adecuadas a una realidad que nos interpela”.
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Campaña pública sin respuestas adecuadas
“Existe una campaña pública que alienta a realizar las denuncias por violencia doméstica ante instituciones que no cuentan con personas comprometidas y capacitadas para dar respuestas adecuadas. Las victimas la mayoría de las veces quedan desamparadas en la ruta crítica que deben seguir ante la inacción de las instituciones”, refiere Roa.
La profesional recuerda a Marcela Lagarde, referente del feminismo latinoamericano”, quien sostiene que las “acciones inconclusas, la negligencia o el desinterés de las autoridades encargadas de proteger la integridad de las mujeres, operan como cómplices tácitos o explícitos en estas violencias, desprotegiendo a las mujeres dejándolas expuestas en los diversos escenarios por los que transitan a la desigualdad estructural, a la dominación masculina, a la muerte”.
Esas muertes y violencias son “producidas por la opresión de género, entendiéndose así, que son muertes y violencias evitables. La violencia contra la mujer en la relación de pareja requiere ser comprendida y reconocida en toda su complejidad. Es una tarea pendiente que los organismos del estado se logren coordinar interinstitucionalmente prevenir los casos de feminicidio”, recalca Angélica Roa.
Agrega que en otros países han desarrollado metodologías de evaluación de riesgo en los casos de violencia. Se ha determinado que existen tres momentos críticos en que se puede acrecentar el riesgo. Cuando la mujer toma la decisión de separarse y se lo dice a su pareja. Cuando recurre a la primera denuncia por maltrato y cuando solicita medidas de protección.
Capacitación para valorar el riesgo
“Las profesionales que reciben la denuncia en nuestro país deben estar capacitadas para valorar el riesgo al que se expone la mujer que decide denunciar y contar con instrumentos adecuados que permitan la predicción de la reincidencia de los actos violentos sobre un miembro de la pareja, por parte de su pareja o expareja, de manera a proteger eficazmente a la víctima”.
Está demostrado también que los familiares y el entorno más cercanos suelen conocer la situación de violencia, eso indica que se debe poner énfasis en intervenciones que involucren a la familia para frenar la violencia. No olvidar que la intervención del profesional implica la creación de una red de apoyo.
De acuerdo a la experiencia de la psicóloga y feminista los servicios de atención deben contar con programas de atención a familiares o conocidos que necesitan orientación para intervenir en casos de violencia y apoyo para realizar denuncias.
“La prensa debe mejorar el manejo de la información, para Coral Herrera, la clave está en el tratamiento periodístico de las noticias y dice que en gran parte, son los medios los que logran tener impacto en la opinión pública, por eso es tan importante que los profesionales de la comunicación se formen, se sensibilicen y ayuden a concienciar a la población. A pesar de que hoy por hoy el terrorismo machista apenas despierta indignación en la gente y no constituye una prioridad para nuestros gobernantes, tenemos que lograr que la gente se de cuenta de que no es un problema individual sino colectivo, y afecta a millones de mujeres, niñas y niños en todo el planeta”, advierte Roa.