Obreros de la planta de Vallemí (Concepción) reportaron ayer que el costoso horno de la estatal, en el que se invirtieron US$ 30 millones de los recursos provenientes de colocaciones de bonos soberanos, está paralizado desde la noche del martes. Además, entre junio y setiembre de este año, la cementera “invirtió” casi G. 4.600 millones más en trabajos de mantenimiento de la máquina, pero pese a ello siguen las fallas.
De acuerdo con los trabajadores de la fábrica, la producción de clínker paró por la caída de hormigón y ladrillos dentro del horno, pero recién se podrán hacer las revisiones en tres días más, cuando la máquina se enfríe. La paralización del horno podría durar unos diez días, según explicaron.
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“Lo que pasó es una posible caída de hormigón en la boca de entrada (del horno). Tienen que entrar allí los técnicos para revisar y confirmar. Mínimo 10 días de parada vamos a tener porque, una vez que se repare, se debe hacer el proceso de calentamiento otros tres días más”, explicó uno de los técnicos.
El horno de la INC ya estuvo parado este año durante más dos meses para “mantenimiento”, desde julio hasta septiembre, pero pocas semanas después ya tenía problemas. Tras estar produciendo a medias, ahora vuelve a detenerse y los obreros culpan al titular de la empresa, Ernesto Benítez, por la paralización de la producción de clínker (materia prima del cemento).
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Incluso el presidente de la cementera autorizó el pago de una bonificación de hasta G. 14.000.000 a siete funcionarios de Vallemí, como premio por los supuestos “trabajos de mantenimiento” que realizaron al horno de Vallemí. Benítez prefiere mantenerse en silencio sobre este y otros temas que ocurren en la cementera pública y, al parecer, premia la ineficiencia en la INC.
“Paramos la producción de clínker justo en el momento donde más se necesita de cemento los albañiles. Creemos que el presidente tiene mala fe y, además, está casi confirmado que trabaja con intenciones para ayudar a Cecon (cementera de Horacio Cartes), que también está acá en Concepción y parece que quiere quedarse con la riqueza de nuestro cerro caliza”, indicó el obrero de la cementera.
La inversión que se hizo para el cambio de combustible del “horno III de clínker” fue de casi US$ 30 millones, con la cual cambiaron el sistema de combustión (de modo a que no solo pueda trabajar con fueloíl, sino también con combustibles sólidos, como coque de petróleo). Esta inversión salió del total de recursos que se inyectaron en el Gobierno de Horacio Cartes en INC, de US$ 80 millones de los bonos soberanos, pero que hasta ahora no dan los resultados prometidos.