La exportación real de electricidad del “país hidroeléctrico” es casi nula

La exportación realmente existente de energía eléctrica paraguaya en los once meses que transcurrieron de este año apenas representa el 0,8% de la cantidad que demandó el mercado nacional en el mismo lapso, según se deduce de los registros que mensualmente publica la Subsecretaría de Minas y Energía (SSME) de nuestro país.

Parte de la Subestación de la margen derecha de Itaipú, de su correcto funcionamiento depende no solo un buen servicio al Sistema Interconectado Nacional (SIN), sino también el redireccionamiento de la energía paraguaya en la binacional hacia el sistema brasileño.Gentileza
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El resto, o mejor la abrumadora diferencia que hasta los organismos oficiales registran como exportación debe etiquetarse como corresponde: compensación por cesión de energía, aunque el sustantivo compensación, al menos desde la perspectiva semántica, también debería, en el más benigno de los casos, ser sometido a una meticulosa “revisión”.

De acuerdo con la interpretación “ortodoxa” de los especialistas, generalmente funcionarios del gobierno de turno, el Tratado impone que la producción de Itaipú y Yacyretá no se venda a terceros países; no obstante, las mismas empresas del sector eléctrico argentino muestran sin pudo alguno que la energía que se origina en Yacyretá, también alcanza a la estación convertidora de frecuencia con que cuenta en Garabí, una localidad situada en su frontera de este país con Brasil.

Según las advertencias de ciertos vigías voluntarios, independientes, de los intereses paraguayos, en el lapso comprendido entre octubre del año pasado y noviembre del presente, Brasil importó de Argentina 6.250,2 GWh (1 GWh = 1000 MWh) con una tarifa promedio de US$ 176,8/MWh, con picos que se elevaron hasta US$ 287,1/MWh en setiembre último.

Solo la energía de Acaray

Fiel a la premisa apuntada, la ANDE se limita a verder porciones minúsculas de la producción de la central de su propiedad, Acaray, emplazado en el departamento de Alto Paraná. Entre enero y noviembre del ejercicio en curso, esta pequeña usina produjo 583.034 MWh y exportó al sistema argentino 135.530 MWh, el 23,2% de esta producción.

La explicación tal vez se encuentre en los precios que la Argentina acordó en el pasado con la estatal paraguaya, precios que superan los US$ 100/MWh; claro, la hora en que suministran esa energía, una conducta normal en las transacciones de este mercado, en la fórmula final del cálculo del precio, la hora del suministro (valle o punta) también influye.

Apuntemos de paso que el capítulo “recaudación de la ANDE por exportación de energía”, salvo que no medie alguna oportuna y afortunada filtración, pese a que se trata de una empresa pública, lejos está de caracterizarse por su transparencia.

Apenas 2%

Apuntemos también que la exportación de la energía de Acaray al sistema argentino, si cotejamos las cifras correspondientes a esta actividad de la empresa estatal en el lapso enero/noviembre de 2020, contra enero/noviembre de este año, veremos que la tasa de crecimiento fue de apenas 2%, 132.838 MWh y 135.530 MWh respectivamente.

En lo concerniente a las entidades binacionales, recordemos que en los once primeros meses de 2021, de la energía paraguaya en Itaipú, aún cedimos el 54,2%, con una tarifa -sobre el costo de la central- US$ 11,1/MWh. La tarifa de Itaipú, para la energía garantizada, ronda los US$ 44/MWh.

En Yacyretá, las aguas, aún escasas debido a la histórica bajante del río Paraná, se vuelven más turbias que en Itaipú, porque la receptora de nuestra energía, a la que aún cedemos el 66% de nuestra mitad, incurre en incomprensibles hechos de morosidad a la hora de pagar esta cuenta, como si la energía que aprovecha no fuese paraguaya.

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