Hasta el 28 de noviembre, la campaña agrícola venía bien, pero en dos semanas nos fuimos a la “B” (en futbol: descender de categoría), desde esa fecha se dio un bloqueo y las precipitaciones fueron pocas, distribuidas en forma muy desigual, explicó el presidente de la Coordinadora Agrícola del Paraguay (CAP), Ing. Agr. Héctor Cristaldo.
“No es posible hablar aún de porcentajes de merma, porque es muy pronto para cuantificar; lo que está siendo afectada es la soja tempranera, la que está en etapa de cargado de granos. Pero no se sabe cuanta área se encuentra en ese estadio, solo podemos pronosticar que será una zafra menguada; pero incluso dependerá de si llegan o no las precipitaciones anunciadas para los próximos días”, manifestó el principal referente del agro en el país.
Comentó igualmente que el escenario agroclimático es complejo y de alguna forma es comparable a lo que sucedió en el 2018, periodo en que se tuvo una relativa merma en la cosecha de soja, pero no necesariamente será el caso, aunque ya no será una zafra normal, según calificó.
Los reportes de situación de los cultivos varían mucho, porque hay lugares donde cayeron 25 mm a 30 mm de lluvia; hay puntos en los que no llovió nada, y en algunos solo 10mm a 15 mm.
Respecto al maíz de temporada dijo que está bien, al igual que el sésamo, pero la expectativa del agro es que caiga la lluvia que se anuncia para este lunes, que podría ser general y así compensar la necesidad de humedad en el suelo.
Por otra parte, el ministro de Agricultura y Ganadería, Ing. Agr. Santiago Bertoni, que visitó esta mañana la zona de Itapúa, indicó que el área de Colonias Unidas está siendo muy afectada por la sequía, pero que en otros distritos observó buen desarrollo de cultivos. “Se va reunir el comité de crisis para analizar el impacto de la sequía en varias zonas agrícolas. Se va evaluar caso por caso”, anunció.
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Datos de la cosecha anterior
La producción de soja del periodo anterior zafra 2020/2021 cubrió 3.701.631 hectáreas y logró un rendimiento medio de 2.728 kg por hectárea y una cosecha de 10.098.864 toneladas. Dichas cifras fueron un verdadero éxito debido a que se soportó un año agrícola muy complicado, con severa sequía inicial, pero las lluvias llegaron a tiempo y los mejores precios impulsaron la zafra. Así fue que a pesar de la disminución en un 5% en el volumen de las exportaciones de la oleaginosa, las divisas de la soja crecieron más del 35%.
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