La pandemia del covid-19 frenó anhelados viajes y postergó irremediablemente citas familiares y de amigos, golpeando especialmente a aquellos que batallan fuera de su país natal. Ayer, sin embargo, en medio de un bullicioso recibimiento, compatriotas alejados desde hace tiempo de su tierra y sus seres queridos, pudieron reencontrarse con familiares y amigos.
Una emocionante bienvenida se vivió en el aeropuerto internacional Silvio Pettirossi, de Luque, donde en medio de abrazos, lágrimas y palabras de añoranza, seres queridos alejados por las adversidades de la vida pudieron reencontrarse.
Entre los vuelos más esperados del día se encontraba uno perteneciente a la compañía Air Europa, que traía de España a 296 pasajeros, en su mayoría paraguayos.
La aeronave pisó la pista poco después de las 7:30 y esto ya generó una gran alegría entre los presentes que aguardaban con múltiples globos, carteles y ramos de flores en la zona de desembarque.
Entre lágrimas, la voz entrecortada y sonrisas, algunas personas compartieron sus experiencias. Una de ellas fue Jacinta Correa de León, de Limpio, quien vivió tres años en Andalucía, España y comentó que retornó para quedarse definitivamente.
“La vida allá es muy dura lejos de la familia y España es un país que restringe mucho”, expresó.
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En otro rincón, con un ramo de flores en brazos, Rocío Vera esperaba emocionada en una silla de ruedas a su madre, María Ricarda Vera, quien vive hace cinco años en España y retornó al país para compartir la Navidad y el Año Nuevo con su familia.
“Somos de Capiatá y acá estoy esperándole, con su segunda nieta (señalando su embarazo). El año pasado no pudo venir, la pandemia allá fue muy dura”, contó Rocío.
A su vez y muy emocionada, doña Josefina Bracho esperaba a su sobrina Maria Raquel, a quien volvió a ver luego de cinco años. El intenso abrazo y el llanto de la emoción marcaron ese anhelado momento. “Ella es como mi hija, (porque) mi hija falleció”, manifestó.
En tanto que Margarita Benítez y su hija Natalia Centurión Benítez apenas pudieron pronunciar palabras. La emoción de volver a pisar tierra guaraní y abrazar a sus familiares las colmó. Las lágrimas y sus sonrisas decían mucho más.
“Estoy volviendo después de cinco años. Vengo a pasar las fiestas. Me fui a España a trabajar para ayudar a mis padres. Somos de María Auxiliadora, Itapúa. La emoción es muy grande. La pasamos muy duro allá”, dijo.