Instan al Gobierno a recurrir al FMI para reclamar que las medidas artificiales de Argentina afectan la competitividad

Para el economista y ex ministro de Hacienda César Barreto, las autoridades locales deben reclamar y presionar en foros internacionales como el FMI para que el gobierno argentino normalice su política cambiaria, porque genera distorsiones que afectan al comercio local y fomenta el contrabando, con el cual no hay forma de competir, ni con mega descuentos, además viola el tratado de Mercosur, advierte.

Productos de contrabando son comercializados en distintos puntos del país sin ningún controlSILVIO ROJAS
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Barreto detalló que para el próximo año se mantiene un optimismo moderado para la economía local, con buena perspectiva en el desempeño agro y energético, además que los sectores ganadero y construcciones seguirán en zona de expansión. No obstante, advirtió que hay escenarios de cuidado como la situación de nuestros vecinos, que podría traer complicaciones.

Al respecto, refirió que Argentina sigue con sus dificultades y que no hay indicios de una mejoría, especialmente debido al control cambiario y dual, que son medidas artificiales que nos complican demasiado. “El ingreso masivo de productos de contrabando está afectando tremendamente a los comercios locales, afectando la competitividad” manifestó.

“La diferencia cambiaria impacta terriblemente; este año tuvimos mucho contrabando y esto va empeorar a medida que vayan habilitando los pasos fronterizos”, afirmó.

Situación similar en 2012 y se profundizará

Reportan importante tráfico en Nanawa para comprar productos más baratos

Los problemas estructurales de Argentina son de larga data, Barreto recordó que una situación similar se dio hacia el 2012, cuando la gente iba con sus vehículos a traer combustible y los llenaban de mercaderías. “Esto ya está pasando y se va profundizar en los próximos meses”, advirtió.

De hecho, que este fin de semana se pudo observar una importante cantidad de compatriotas que se movilizó desde muy temprano hasta la ciudad de Nanawa, atraídos por los reducidos costos de los productos, entre ellos, el combustible, que los conductores cargaban a sus vehículos con bidones y embudos en las narices de las autoridades.

Ante esta situación, que perjudica enormemente al comercio local y a la industria nacional, Barreto instó a las autoridades a recurrir a foros internacionales, como el Fondo Monetario Internacional (FMI), para solicitar una intervención, ya que se trata de medidas que no son transitorias debido a una situación específica, sino estructurales. Son medidas artificiales, como el control cambiario o imposiciones que afecta al libre mercado, perjudican a los países vecinos, en especial a las economías pequeñas como la nuestra, explicó.

El FMI puede intervenir

El presidente argentino, Alberto Fernández, conversa con la jefa del FMI, Kristalina Georgieva. Barreto dijo que es el momento de reclamar ante el organismo internacional, ahora que están en negociación

“El FMI es la entidad multilateral que está encargada de velar para evitar este tipo de cosas, porque Argentina es un país muy grande, y este tipo de medidas artificiales impacta muy fuertemente en países más pequeños como Paraguay y Uruguay. Creo que debería reclamar ahora, ya que el FMI está en negociación con Argentina”, recomendó el economista.

Ahora se sumó una nueva medida del gobierno argentino para restringir las compras a cuotas de pasajes y servicios al exterior. “Estas medidas que imponen barreras a los viajes y las compras de argentinos en el exterior, son distorsiones que limitan artificialmente el turismo saliente de argentina y son desleales para con sus vecinos y socios comerciales del Mercosur”, afirmó Barreto

Añadió que no hay problemas que por una situación normal ellos ganen más competitividad, pero se trata de una medida artificial que debería ser transitoria y no que dure tres o cinco años. El FMI debe poner ciertos límites para que no afecte la competitividad de los demás países” insistió.

Explicó que una de misiones principales del FMI, que se le asignó desde su creación, fue evitar que se hagan manipulaciones cambiarias que afecten la competitividad entre países y en ese rol intervino en varias oportunidades. Añadió que en este caso debería actuar dentro de su rol e impulsar que Argentina normalice su política. Igualmente, esta posición de Argentina va en contra del Mercosur y de lo que está escrito dentro del Tratado, expresó.

Medidas internas poco ayudarán

Barreto detalló que, internamente, para frenar el contrabando, a más de aumentar el control, es poco lo que pueden hacer las empresas para competir con los productos argentinos. En caso que los comercios hagan campaña de descuentos, estas pueden durar, máximo, una semana pero no seis meses o un año. “En esas condiciones sería insostenible, y los costos no van a dar, las empresas terminarán perdiendo”, explicó.

Al respecto, la Cámara Paraguaya de Supermercados (Capasu) lanzó la semana pasada la campaña de abaratamiento de precios de 280 productos que conforman la canasta básica que se extenderá hasta el 31 de diciembre próximo, con el propósito de desalentar el contrabando.

En cuanto a adoptar medidas transitorias similares a ellos, no es posible siquiera pensar en ellas debido a las consecuencias mucho más dañinas, que sería prácticamente replicar los problemas esctructurales que tiene la Argentina. “Aquí lo que corresponde es que el Gobierno reclame ante los organismos correspondientes para que Argentina vaya normalizando su política cambiaria”, reiteró

Se le escapó la liebre al BCP

Por otra parte, el economista se refirió a las decisiones recientes del Banco Central del Paraguay (BCP) de elevar bruscamente la tasa de política monetaria al 4% en un momento en que la economía se está reactivando, algunos economistas señalaron que esto podría frenar su recuperación.

Barreto dijo que si bien fue una decisión brusca la del BCP, hay una prioridad ahora que es el control de la inflación, que cerrará en cerca del 7% este año, y ante una situación así, se podría justificar esta acción brusca. Cerrar con una inflación del 7%, que luego se traslada a los costos productivos, salarios y demás, y sin una acción brusca, los efectos inflacionarios podrían seguir el próximo año y eso si sería muy nocivo, especialmente para los sectores con lingresos menores. Igual situación también se dio recientemente en Brasil, Chile, México y Colombia, comentó Barreto.

“Al BCP, en realidad, se le escapó la liebre”, dijo el economista. Según detalló, las acciones de normalización de la política monetaria ya deberían haber iniciado en marzo, pero esto se postergó debido al fuerte auge del covid en ese tiempo, de ahí que las primeras acciones de ajuste de la política monetaria se iniciaron recién en agosto, cuando la inflación ya estaba alta.

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