Según los resultados, las mujeres se han visto especialmente afectadas por la crisis, ya que para ellas no sólo fue más fuerte el impacto inicial, sino que también la recuperación del mercado laboral ha sido más lenta.
De hecho, un año y medio después del inicio de la crisis la probabilidad de las mujeres de haber dejado de trabajar a raíz de la pandemia es dos veces más alta que la de los hombres. Además, esto ha estado acompañado de una mayor carga de tareas domésticas, incluyendo la supervisión de la educación remota de los niños, y una mayor incidencia de problemas de salud mental.
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Empleo formal cayó y trabajo independiente creció
De acuerdo con los resultados de la encuesta, el empleo formal cayó 5,3% en la región, mientras que el trabajo independiente creció 5,7 % y la proporción de trabajadores ocupados en negocios pequeños, de hasta 4 trabajadores, aumentó 8 %, lo cual muestra un deterioro en la calidad del empleo disponible. Incluso entre la población empleada se evidencia una disminución en las horas semanales de trabajo remunerado, de 43 a 37 a nivel regional, lo cual confirma esta evolución negativa.
La citada encuesta muestra además que el 28% de las personas que tenían un empleo antes de la pandemia lo perdieron, y más de la mitad abandonaron la fuerza laboral. Estos impactos afectaron sobre todo a las mujeres con hijos pequeños: el 40% de las trabajadoras de más de 18 años con hijos de entre 0 y 5 años perdió el empleo que tenía antes de la pandemia, en comparación con el 39% de las mujeres en general y el 18% de los hombres.
Menor nivel educativo afectó
Los resultados de la encuesta revelan igualmente que los trabajadores (tanto hombres como mujeres) con menor nivel educativo se vieron más afectados por la pandemia. El 35% de aquellos con educación primaria o menos perdió su empleo en este período, mientras que para los empleados con educación secundaria la proporción llegó a 28%. Aproximadamente 19% de los individuos con nivel terciario o superior perdieron su empleo.
Según los datos recolectados, como consecuencia de los retrocesos en el mercado laboral poco más de la mitad de los hogares en la región no han logrado recuperar aún los ingresos familiares previos a la pandemia. Esto, a pesar de los esfuerzos realizados por los gobiernos a través de los programas de transferencias directas y otros beneficios implementados para ayudar a las familias. Cabe mencionar que aproximadamente 38% recibió transferencias de emergencia.
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