La disco abre sus puertas a las 18:00 y cierra a altas horas de la madruga, obligando a los vecinos a pasar la noche en vela.
Pese a los reiterados reclamos de los lugareños ante las autoridades, nadie hace nada.
Anoche los afectados denunciaron de nuevo el hecho a la comisaría jurisdiccional, donde llegó una patrullera, pero tras dialogar los policías con un responsable del local, se retiraron y la música continúo hasta el amanecer.
Oídos sordos
El jefe de la comisaría 7° Central, comisario José Alonso, reconoció que ya varias veces se recibió la queja de vecinos y que derivan la misma a la Municipalidad.
El martirio de los vecinos es permanente y esperan que las autoridades actúen y controlen el excesivo volumen de la mencionada discoteca.
Los afectados comentaron que el problema no termina al cierre del local, que normalmente es pasadas las 04:00 de la madrugada, porque los farristas, ya con varias copas demás, se quedan con sus autos para seguir con la fiesta.
Por su parte el jefe comunal Tomás Olmedo, indicó que ya están trabajando con la Comisión de Seguridad y la Policía para controlar la polución sonora.
“Sí, estamos recibiendo muchas quejas y estamos analizando la situación para poner fin a este problema”, expresó el intendente.
Agregó que también enviarán la denuncia a la fiscalía para intervenir, y adelantó que se realizarán controles en las inmediaciones de la disco.