El horno de clínker de la planta de Vallemí de la Industria Nacional de Cemento (INC) no puede operar sin el funcionamiento del molino de crudo, por lo que la cementera no está produciendo la materia prima del cemento. Pese a las inversiones en “mantenimiento”, las máquinas de la empresa siguen presentando fallas fallas y cinco sindicatos pidieron ayer la destitución del presidente de la empresa, Ernesto Benítez, y de todos sus gerentes, a quienes responsabilizan por la desidia en la cementera.
Se trata de los sindicatos del frente de Villeta (Sitrainc, Sintratur, Protecminc, Sitracip y Siteinc), cuyos miembros inclusive escracharon a Benítez ayer, porque lo culpan de la paralización de la producción de clínker en la planta de Vallemí, debido la avería del motor del molino de crudo, que recientemente fue reparado y que le costó más de G. 100 millones a la estatal.
Para solucionar este problema, el titular de la empresa tiene la intención de desmontar nuevamente el motor de accionamiento del molino viejo de cemento de Villeta (Central), para trasladarlo por tierra hasta Vallemí, y reemplazar el motor que dejó de funcionar. “Deslindamos la responsabilidad por las fallas y averías que pueda eventualmente suceder durante el desmontaje y traslado”, manifestaron los cinco sindicatos en una nota que remitieron al titular de la empresa.
“Responsabilizamos a esta administración, al presidente, gerentes y jefes de departamentos y asesores por la situación de desidia y desinterés en las plantas industriales, ya que tuvieron el tiempo necesario para subsanar los inconvenientes relacionados con las averías de este importante motor eléctrico y hasta la fecha no se realizaron las gestiones correspondientes a fin de salvaguardar los intereses de la institución”, se lee en la nota.
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Planta se paralizó durante 60 días para “mantenimiento”
La INC, recordemos, paralizó recientemente la producción de clínker en Vallemí, durante 60 días, supuestamente por tareas de “mantenimiento”. La cementera gastó más de G. 4.591 millones en estas “tareas”, pero luego de las inversiones, el horno seguía con diferentes fallas y paros. Ahora una vez más se frenó la producción porque el motor de molino crudo ya no funciona.
¿Por qué a pesar de las inversiones el motor del molino crudo ya no funciona? es la consulta que este diario trasladó al presidente de la empresa, Ernesto Benítez, quien respondió que el motor tiene más de 30 años de servicio y que “es el accionamiento original del molino de crudo” la parte que tiene problemas.
Se le insistió que recientemente la empresa invirtió en la reparación de esta misma máquina y dijo: “Ya presentó averías anteriormente y evidentemente, por el tiempo de uso, ya es un equipo cansado, que debe reemplazarse. Hace unos días publicamos la licitación para la compra de un nuevo motor, que tiene un plazo de fabricación y entrega de aproximadamente 12 a 14 meses”, explicó.
La situación existe el temor de que la cementera retrase la entrega de productos a sus clientes, aunque Benítez dojo que tienen “clínker suficiente” para seguir produciendo y que entre el sábado y el domingo, el molino crudo de Vallemí volvería a operar con el motor de la planta de Villeta. “Ese mismo motor habíamos llevado a principios de año para utilizarlo en el mismo molino y una vez reparado el otro motor fue devuelto a la planta de Villeta”, indicó el titular de estatal.
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Se invirtió US$ 80 millones
Durante el Gobierno de Horacio Cartes, la INC recibió US$ 80 millones de los bonos soberanos para invertirlos en el mejoramiento del horno, de su línea de molienda y varios otros sectores de la cementera, supuestamente para aumentar la producción diaria a 90.000 bolsas. Pero esto no ocurrió hasta la fecha y la empresa estatal no produce lo que debería debido a las fallas constantes de las máquinas que costaron millones.
Por estos hechos, la Contraloría General de la República (CGR) inició una auditoría general a la firma estatal. El ente contralor ya había revelado el fracaso con la inversión de los bonos soberanos, pero la Fiscalía poco o nada avanzó en sus investigaciones. El caso está en manos del fiscal Jorge Arce, de la Unidad Especializada de Delitos Económicos y Anticorrupción, desde diciembre del 2019.