Esta edición de los corsos, sin embargo, tendrá ciertas restricciones, acordadas en un protocolo propuesto por el municipio al Ministerio de Salud. Se exigirá el uso obligatorio de tapabocas, y exhibir el certificado de doble vacunación anticovid para acceder al espectáculo, que se desarrolla en el “sambódromo” del Centro Cívico.
Tras una reunión mantenida con el ministro de Salud, Dr. Julio Borba, el lunes, el intendente encarnaceno informó que recibió el visto bueno de la cartera de Salud para avanzar en la organización de la mayor fiesta popular de la ciudad.
La iniciativa apunta a reactivar la deprimida economía en el contexto de la crisis en todos los órdenes de la economía provocada por la pandemia, y la noticia fue recibida con optimismo por el sector del turismo, puntualmente los gastronómicos y los hoteleros.
Los dirigentes de clubes deportivos tradicionales participantes de los corsos, quienes en rigor son los que dan vida a la fiesta con sus comparsas y carrozas, también expresaron su contento con el anuncio y ya comenzaron las primeras conversaciones con miras a la organización de la celebración.
Esta es una noticia bastante positiva para la ciudad, sostuvo Estanislao Arce, presidente de la Asociación de Hoteleros de Itapúa. La fiesta es una de las más grandes de la región y atrae a muchos turistas a la capital de Itapúa, señaló.
Durante los meses de enero y febrero coinciden la temporada veraniega con la realización de las fiestas de carnaval. Las playas de la ciudad, junto con las fiestas del carnaval son los principales atractivos para turistas propios y extranjeros, y la principal fuente de alimentos para el rubro gastronómico y hotelero, al que se suman otros servicios como el transporte.
El corso encarnaceno, además de formar parte de nuestra historia y tradición, es un evento que convoca a turistas y visitantes que disfrutan de nuestra ciudad, sostuvo el intendente Yd tras el anuncio.
Los corsos encarnacenos, además de ser una fiesta tradicional que ya lleva más de un siglo de vigencia, es también un generador de ocupación de mano de obra en diferentes actividades ligadas al espectáculo, desde los artesanos que elaboran y confeccionan los lujosos y costosos trajes de baile, hasta los carpinteros, pintores, electricistas, comerciantes, vendedores callejeros, que participan con su fuerza laboral en la realización del gran show que convoca a miles de visitantes.