Si transitar por las calles de Lambaré es dificultoso por los baches y empedrados en mal estado, por sus veredas es casi imposible caminar. Hay comercios, talleres, e incluso propietarios que creen que ese espacio les pertenece y lo ocupan exponiendo al peligro a los transeúntes.
Cacique Lambaré es una de las calles más desordenadas del municipio. Sobre esta arteria hay un descontrol total. El tránsito es caótico; en tanto, las veredas están invadidas de mercaderías y de avisos publicitarios. Allí cerca también comienza la avenida Bruno Guggiari. Sus veredas se utilizan como estacionamiento y hasta vertedero de chatarras, mientras que el paseo central es depósito de basura y escombros. Por ejemplo, en Bruno Guggiari y Cacique Sepe, un vecino no tuvo la mejor idea de apropiarse de la vereda peatonal. Apilonó piedras sobre la pasarela, para que aparezca una montaña. Para pasar por el lugar, el transeúnte debe bajar al asfaltado, arriesgando su integridad.
Contaminación
La contaminación ambiental también es preocupante. El arroyo Leandro Sosa pasa por el barrio Valle Ybaté. Sobre la calle San Rafael y Carandayty, se encuentra un puente. Desde allí se puede observar un caño que tira cloaca cruda al cauce. En días calurosos despide un olor desagradable y es molestoso para los moradores. De ahí a pocos metros, entre Carandayty y Palacio de López, se encuentra otro puente, en cuyo costado el torrente de agua arrasó las casas de los vecinos y urge construir otro muro.
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Muchos baches
En el límite de Lambaré con Asunción, la Avda. Luis María Argaña también es intransitable. El asfaltado está minado de baches. Habría que pavimentar con cemento el lugar porque hay un desnivel que hace que el agua se acumule y destruya el asfaltado. En las esquinas de las calles que conectan con Argaña hay tremendos pozos.
Las plazas también deben ser mejoradas en su iluminación para que sean atractivas a los vecinos. Abundan igualmente los matorrales en baldíos abandonados y son potenciales criaderos del transmisor del dengue.
Otra de las preocupaciones de los lambareños es la falta de empresas de transporte público. Una de estas, la Línea 9, trabaja con colectivos chatarra y no tiene una frecuencia normal.
Los intendente colorados Juan Martínez y Roberto Cárdenas decepcionaron y afrontaron procesos judiciales. Llegó el liberal Armando Gómez como la esperanza y fue destituido por casos de corrupción. Es decir, Lambaré no tiene suerte con sus autoridades en los últimos tres periodos. Ahora el desafío de cambiar, ordenar y dar otra imagen a la ciudad está de nuevo a cargo del colorado Guido González, que si no revierte los males y los vicios de sus antecesores, será otra gran decepción.
160 millones de dólares
El intendente Guido González reconoció el estado de abandono de la ciudad y adelantó que una de sus prioridades será el arreglo de calles. “Nos preocupan las pérdidas de Essap y las aguas servidas, que si no canalizamos a los costados de las calles, seguirán destruyendo el asfaltado. Habló de un ambicioso proyecto de dotar a Lambaré y a parte de Asunción y Fernando de la Mora del sistema de desagüe hogareño que sería un gran progreso. El emprendimiento tiene un costo de 160 millones de dólares y sería solventado con préstamos y aval del Estado.
En cuando a la ocupación de las veredas, anunció la notificación y la multa de los infractores. De momento, recurrirá a la reparación de asfaltados deteriorados, recordando que la única solución se tendrá cuando se concrete el sistema de desagüe que evitará tirar el agua a la vía pública.
También mencionó de intervenciones en los espacios públicos para el descanso y la diversión de los vecinos.