- ¿Qué es lo llamativo y misterioso de esta nueva sospecha que hay alrededor de la negociación con Brasil sobre Itaipú?
- Lo que molesta es que la gente no es capaz de levantar la cabeza y mirar para el frente, y encima se quiere hacer las cosas sin transparencia y sin mostrar lo que va ocurriendo, y en secreto. Vean cuando aparece algún Joselo (en alusión a José Rodríguez González, el abogado de 27 años al que las autoridades del Ejecutivo mandaron al frente en el cruce de acusaciones sobre las responsabilidades en la firma del acta bilateral sobre la compra de potencia de Itaipú) que busca algo que no corresponde en el medio, como es la exclusividad en la venta de la energía paraguaya en el mercado brasilero. Sería un entreguismo total pero que surge en el medio, porque la exclusividad puede valer miles de millones.
- ¿Usted sospecha que se quiere volver a repetir lo del 2019?
- Cuando se maneja en forma secreta coincidentemente una negociación, salvo que usted le dé el gusto, empiezan a verse ciertas presiones sobre el Gobierno paraguayo como ocurrió aquella vez del acta del 24 de mayo del 2019...
- Es lo que motivó su renuncia y el juicio político contra el Presidente (Mario) Abdo...
- Antes de eso, ya dos meses antes, se produjo una suerte de coacción del Gobierno brasilero (el abogado Rodríguez había invocado al Presidente y al vicepresidente Hugo Velázquez en una negociación que guardaba relación con la propuesta de compra de energía de la Ande, por parte de la empresa brasileña Léros Comercializadora, supuestamente, ligada a la familia del mandatario brasileño Jair Bolsonaro).
- ¿Qué clase de coacción?
- Comenzó a aplicar una serie de restricciones en el comercio fronterizo, restricciones de todo tipo, hasta en el tráfico de reales (la moneda brasileña). Hubo toda suerte de presión. Eso ocurrió porque la negociación se estaba realizando en secreto. Si hoy de nuevo se vuelve a manejar en secreto como quieren los brasileros, ya sabemos en qué va a terminar...
- ¿Podría recordar lo que se firmó aquella vez y que desembocó en la crisis?
- Los brasileros primero quisieron forzar a la Ande a asumir una contratación por encima de sus necesidades y segundo, la pérdida de la soberanía sobre el manejo del embalse. Los dos pudieron haber tenido efectos terribles para el Paraguay, y encima, sin ningún tipo de compensación para el país. Todo quedó sin efecto gracias a la reacción ciudadana.
- Brasil retiró el acta para salvar al Presidente de la destitución...
- No fue ningún gesto diplomático ni nada por el estilo. Fue la reacción ciudadana y el hecho de que se haya sacado esto del secreto. Teniendo el documento firmado, que fue como una rendición incondicional (en un conflicto armado) el Gobierno brasilero no se animó a ejecutarlo. Retrocedió. Fue un hecho casi insólito. Reconoció y dijo: “bueno, está bien. En realidad me sobrepasé. Le hice firmar a Paraguay condiciones que realmente son inaceptables”. Una de las lecciones aprendidas de aquella crisis fue que esto no se puede manejar en secreto.
- Pero tampoco se puede manejar como un Parlamento una negociación...
- Por supuesto que no, pero por ejemplo los brasileros ya exponen con toda claridad lo que quieren. El director brasilero dice: “el gobierno quiere que la tarifa baje a tanto”.
- El director paraguayo (Manuel María Cáceres) niega que se maneje en secreto...
- La pregunta es: ¿Cómo vamos a bajar la tarifa si no sabemos cuál es la posición paraguaya?
- Usted plantea que Paraguay haga pública su posición. ¿Por qué debería ser pública si estamos hablando de una negociación?
- No sé si la negociación tiene que ser pública pero la exposición clara de nuestros objetivos estratégicos debería de ser pública, porque al final el tema del Anexo C terminará en el Parlamento. Por eso tiene que haber un mínimo de consenso y una posición clara. Se tiene que saber lo que se piensa plantear y acordar.
- ¿Usted cree que iban a bajar la tarifa en una negociación secreta?
- Bolsonaro ya prometió que bajará la energía. El director brasilero ya dijo que bajará la energía. Aparte hay elecciones el año que viene. Hoy nos dicen (los directivos de Itaipú) que no se iba luego a tratar esta semana el tema. ¿Por qué no avisaron? Siempre, el tema de tarifas se trata en setiembre u octubre. (Manuel María Cáceres y el presidente de la Ande, Félix Sosa) Llamaron a una conferencia de prensa forzados por la situación. No sabemos si es cierto o no si se iba a tratar. Eso no podemos saber porque en el tratamiento del tema en el consejo, a veces hay un primer orden del día y luego llegan los aditamentos pero en cualquiera de los casos, ahora anuncian que el tratamiento del tema irá a diciembre...
- ¿Cuál es su interpretación?
- Es como tirar la pelota para que nos olvidemos nuevamente y que bajemos la guardia y estemos desatentos. Ellos hablaron de un informe semanal que van a hacer. Quiero verle a toda la prensa haciendo el seguimiento semanal y que no nos sorprendan en diciembre con el anuncio: “Se firmó esto”. Para más, diciembre es un mes de fiestas. En este país estamos acostumbrados a enterarnos de decisiones bastante desagradables en diciembre cuando la capacidad de reacción está disminuida.
- ¿Hay que desconfiar?
- Tenemos que hablar de transparencia. ¿Dónde está el informe del órgano técnico que tiene que analizar este tema? En la entrevista que le hicieron al director paraguayo, yo escuché cuando dijo que esa reunión ya se hizo. ¿Dónde está el acta de la reunión? ¿Podemos ver el acta? ¿Podemos saber de qué se está hablando? ¿Qué se hizo con esas actas? Tienen que dar cuenta...
- ¿Qué es lo que Paraguay necesita que se apruebe en Itaipú y qué es lo que Brasil quiere?
- Lo que ambos países necesitan es determinar lo más pronto posible las condiciones de comercialización de la energía de Itaipú después de que se salde la deuda que tiene la entidad.
- ¿Cuánto es?
- Son 2.000 millones de dólares-año en total aproximadamente que se van a dejar de pagar (cuando se termine de pagar la deuda en el 2023). Eso puede significar una expectativa de 1.000 millones de dólares por margen por lo menos de beneficios. Al dejar de pagar 2.000 millones, da lugar a que uno tenga la ilusión de disponer de esos recursos para ambas márgenes. La tarifa en este punto es fundamental. Si permanece igual la tarifa, se va a dejar de pagar los 2.000 millones anuales. Entonces, Paraguay puede decidir qué hacer con los 1.000 millones que le corresponde y Brasil por el suyo.
- Brasil quiere reducir la tarifa ¿Por qué?
- La alternativa brasilera es reducir todo lo que se pueda la tarifa. “No necesitamos los 1.000 millones”, podrían decir. Si es así, entonces dejarán de ingresar los 2.000 millones anuales.
- ¿En qué ganaría Brasil?
- Gana el comprador, porque compra más barato. ¿Quién compra?: Eletrobrás compra el 85% de la energía de Itaipú, nosotros solo el 15%.
- ¿Cual debe ser la posición paraguaya entonces?
- La lógica debería ser, primero, los beneficios deberían ser paritarios. Segundo, qué se va a hacer con esos beneficios para salvaguardar a largo plazo la disponibilidad de energía renovable para el Paraguay. Acá hay otro fenómeno. Muchos piensan que Itaipú es eterno. En la Dirección de Entes Binacionales del Congreso hay varios puntos de vista, algunos brillantes, que están ahí documentados y que el Ejecutivo también tiene en su poder, sobre lo que se puede hacer...
- Usted qué considera que hay que hacer...
- Primero, para mí, conceptualmente es muy importante cuidar el largo plazo. Si nuestro país sigue creciendo en 7% en consumo de energía eléctrica -ojalá crezca más rápido pero sustituyendo otro tipo de combustibles- entonces nosotros agotaremos, primero en los meses de verano y luego durante todo el año nuestra capacidad de generación de energía eléctrica. Si usted mira a 20 años, con seguridad vamos a tener un déficit. Entonces, no podemos tener una primavera de bajos costos de energía que beneficie solo a Brasil, y no obtener los recursos para que la siguiente generación de paraguayos tenga la misma disponibilidad de energía renovable que tuvimos nosotros. No podemos dejar de ver lo que se viene. Los recursos no podemos despilfarrar. Tenemos que garantizar energía para la siguiente generación.
- ¿Por qué se alimenta la idea de que Brasil le quiere embromar al Paraguay, su socio?
- Si tuviéramos de ambos lados, personas que piensen en el ganar-ganar a largo plazo, esta negociación se facilita notablemente, pero yo no veo. Debería hablarse de poder participar dentro del mercado brasilero. Cualquiera que sea la solución, eso significa tener más recursos. A mí me parece que en una negociación dentro de dos meses (en diciembre), se le puede decir a los brasileros: “muy bien, estamos de acuerdo que baje un poquitito la tarifa pero ya queremos autorización para meter 1.000 mega de Itaipú y todo lo que sea producción nacional en el mercado brasilero, por ejemplo.
- Es muy atractivo tener una disponibilidad de 1.000 millones de dólares anuales, de arriba...
- Qué hacer con la plata es motivo de una gran discusión política. A mí me parece que es atractivo, también para Brasil que nosotros nos dediquemos también a producir energía renovable.
- El Anexo C no se negocia todavía. Eso tiene que ocurrir en el 2023. ¿Es así?
- Sí y no. Si se habla de reducir hoy la tarifa se le está dando una interpretación nueva al Anexo C que va a afectar cuando se negocie el Anexo C. Por eso es que el director brasilero de Itaipú dice: “no sé si va a ser necesario, no es imperativo eso de cambiar el Anexo C”. Si ellos ya tienen un gol a favor al comenzar el partido, el año que viene ya va a ser goleada. No necesitan ni siquiera mover la pelota. No necesitan ni árbitro. El año que viene bajan las cargas financieras por decir así, 500 millones de dólares, entonces se reduce la tarifa proporcional a eso. El siguiente año baja a 2.000. ¿Por qué no bajaría? Y entonces, ¿qué va a negociar el Paraguay? Y ¿por qué el Brasil le daría algo si ya está todo dicho?