Anibal Barreto, el creador de Bibliotecas Callejeras Paraguay, relató que la gente se acerca a ellos a pedir ayuda y se le remite los manuales de cómo construir la estructura, de qué manera involucrar a la comunidad y cómo gestionar los libros. Dijo que todo el trabajo se realiza a pulmón.
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Barreto agregó que nadie creía en este proyecto, porque se pensaba que se iban a romper los libros y que solo países de primer mundo lograban tener estas iniciativas, pero funcionó. Algunos puntos se hacen de manera muy creativa, como reciclando microondas y heladeras.
Al consultarle qué fue lo más difícil, Barreto comentó que un 30% de las bibliotecas no funcionan correctamente aún. “No funcionan porque las personas llevan todos los libros y ya no devuelven, ni tampoco hacen una donación”, expresó. En esos casos, los organizadores acuden al sitio y las vuelven a llenar de libros.
En cambio, en las que sí funcionan, la comunidad se empodera del proyecto. “Por ejemplo, en la biblioteca ubicada en el barrio Herrera de Asunción, ahí se renuevan todos los días los libros, y es la gente de la calle”, relató el promotor cultural. Añadió que el próximo objetivo es lograr que cada biblioteca callejera se convierta en un punto cultural.
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A su vez, Romildo Rodríguez agradeció a todos los trabajaron en este proyecto, que creció pese a la pandemia. “La llegada de una biblioteca callejera a un barrio promueve el acercamiento de los vecinos, crea ciudadanía, empodera a la gente, a los colegios, a la universidades, parroquias, los unimos”, indicó.
Asimismo, Olga López, funcionaria del Ministerio de Justicia y quien trabaja en el área social de la Penitenciaría de Tacumbú, comentó que habilitaron una biblioteca callejera en el Pabellón Libertad. Contó que al llevar el proyecto a cabo y dejar los libros en el patio, empezaron a ver que los reclusos se ponían a leerlos.
Es así que este año se llevó a cabo un concurso de ensayos. El ganador fue Bruno Ruiz Díaz, quien escribió sobre “El regreso al hogar”. En el ensayo hizo una síntesis del libro y luego contó su experiencia. El interno ya cumplió con la mitad de su condena y tiene esperanzas de volver a reinsertarse en la sociedad.