Las mujeres, además de perder sus empleos e ingresos, aumentaron de manera desmedida su carga de trabajo doméstico y de cuidado no remunerado, y se agudizó exponencialmente la violencia de género.
Así lo confirmó Fernanda Gil Lozano, Directora Ejecutiva del Centro Internacional para la Promoción de los Derechos Humanos (CIPDH–UNESCO), quien opinó: “la violencia subió de un 45 a un 60% más, por ejemplo, las denuncias sobre violencia de género, y esto tuvo que ver con la pandemia y el encierro”.
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En la cuestión laboral Gil Lozano observó que las mujeres, mayoritariamente, perdieron su trabajo, y se precarizó aún más su situación. Si comparamos entre hombres y mujeres, ellas ganan 35 a 40 % menos por el mismo trabajo.
Lamentablemente, lo que arroja la estadística es que por cada 100 varones hay 118 mujeres en estado de pobreza extrema. Esto impacta en la familia, consideremos los hogares monoparentales, donde solo están las mujeres con sus hijos. “Cuando se cae queda en banda todo el resto”, expuso.
Pobres y marginadas
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Advirtió que “mujeres de 25 a 34 años se hallan en situación de pobreza extrema. El estudio arrojó que “las mujeres pobres y marginadas corren, incluso, un mayor riesgo de contraer COVID-19 y morir a causa de la enfermedad, o perder los medios de subsistencia y estar expuestas a más situaciones de violencia”.
Brecha salarial
Gil Lozano también ahondó, “la pandemia ha puesto de manifiesto nuevamente la brecha salarial que existe en todo el mundo entre hombres y mujeres”. Lo argumentó diciendo que, por ejemplo, “a nivel mundial, el 70 % de los equipos de emergencias y profesionales de la salud está integrado por mujeres, y aun así, no están en una situación de igualdad con sus colegas masculinos. En el 28 % de los casos, la diferencia salarial entre hombres y mujeres en el sector de la salud es mayor que la diferencia salarial general por cuestiones de género (16 %)”.
Otro dato alarmante muestra que el 40 % de todas las mujeres empleadas (510 millones en todo el mundo) trabajan en los sectores más afectados por la pandemia, como las servicios de alimentación, limpieza o entretenimiento, complicando aún más su situación.
El servicio doméstico
En el caso del servicio doméstico, del cual el 80 % está conformado por mujeres, el panorama es gravísimo en todo el mundo, dado que el 72 % de las empleadas del hogar se quedaron sin trabajo. Por otra parte, el relevamiento difundido por el CIPDH detalló que “debido a que las medidas de cuarentena y aislamiento prohibieron que las personas salieran de sus hogares y llevaron al cierre de las escuelas y guarderías, la carga de trabajo doméstico y de cuidado no remunerado creció de manera excesiva”.
Gil Lozano consideró que “este estudio es fundamental para sentar las bases de un trabajo mancomunado a nivel internacional”, y concluyó diciendo que “desde el CIPDH se está trabajando fuerte para que los gobiernos cuenten con bases de datos e información global que disparen estrategias y políticas públicas para evitar que las mujeres pierdan los derechos y beneficios, que tanto les ha costado lograr a lo largo de la historia”.