Rodrigo Granda fue por mucho tiempo el principal portavoz de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), una guerrilla que produjo millones de víctimas, entre secuestrados y asesinados, no solo en ese país sino también en varias otras naciones de América.
De hecho, Rodrigo Granda y otros cabecillas de las FARC, como el abatido Raúl Reyes y el fugitivo Orley Jurado Palomino, asesoraron entre 2004 y 2005 a la entonces incipiente banda criminal paraguaya, ahora llamada EPP, en el caso del secuestro de Cecilia Mariana Cubas Gusinky, de 31 años de edad, quien era hija del expresidente de nuestro país Raúl Cubas Grau y de la hasta hace poco senadora Mirta Gusinky.
Cecilia Cubas fue secuestrada el 21 de setiembre de 2004 y hallada muerta el 16 de febrero de 2005.
El proceso del cual fue víctima Cecilia justamente, fue monitoreado por Rodrigo Granda y los otros jefes de las FARC.
<b>Los cuentachistes</b>
Los nexos entre las FARC y el grupo que secuestró a Cecilia fueron confirmados en 2008, al ser recuperada la computadora de Raúl Reyes, cuando este cayó abatido en un bombardeo de las Fuerzas Militares de Colombia a un campamento guerrillero que funcionaba ya en territorio ecuatoriano.
Los guerrilleros colombianos llamaban a los secuestradores paraguayos como “cuentachistes”, que aparentemente era un apodo conferido principalmente a Juan Arrom, Anuncio Martí y Osmar Martínez
Desde aquella época, hace 13 años, a justicia de Paraguay mantiene vigente, vía Interpol, una orden de captura internacional contra Rodrigo Granda y otra contra Orley Jurado Palomino.
<b>Acuerdo de paz</b>
Estos dos citados, sin embargo, forman parte de los numerosos jefes y combatientes de las FARC que gozan de inmunidad en su país desde 2016, cuando se firmó el acuerdo de paz entre la guerrilla y el gobierno colombiano, con lo que se puso fin a más de medio siglo de conflicto armado.
Básicamente, los antiguos miembros de las FARC, a cambio de deponer las armas, consiguieron que se les perdonaran todos sus crímenes y que incluso fueran incorporados a la vida política colombiana a través de un partido denominado Comunes.
Sin embargo, pese a que en Colombia fueron blanqueados, Paraguay nunca renunció a las órdenes de captura contra los jefes de las FARC que decidieron la muerte de la secuestrada Cecilia Cubas.
<b>El viaje</b>
En ese sentido, Rodrigo Granda y otro exmiembro de las FARC viajaron el martes último de Colombia a México para participar de un congreso izquierdista, aunque el primero quedó demorado en el aeropuerto de Ciudad de México cuando saltó la notificación roja de Interpol, que es el boletín de captura emitido contra fugitivos internacionales.
Luego de que se conociera la detención de Rodrigo Granda, el propio presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, emplazó el martes de noche a la justicia de Paraguay para que enviara el exhorto de extradición
Obviamente, la petición del presidente mexicano era de cumplimiento casi imposible, por la hora y los pasos protocolares que se debían cumplir, aunque la Fiscalía y el Poder Judicial de nuestro país igual reaccionaron a través del juez Mirko Valinotti y el fiscal Lorenzo Lezcano, que generaron el pedido antes de la medianoche.
Sin embargo, el presidente López Obrador ordenó que Rodrigo Granda fuera deportado y devuelto a Colombia antes de que llegara el documento solicitado a Paraguay.