Un grupo de unos cinco criminales fuertemente armados, presumiblemente integrantes de la organización criminal Primer Comando da Capital (PCC), irrumpieron en el Club de Paracaidistas de Foz de Yguazú, que funciona en la estancia Hércules, ubicada en la zona norte de esa ciudad del estado de Paraná y cerca del río Paraná, que separa a Brasil de Paraguay.
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Los delincuentes sorprendieron y maniataron al cuidador y a su familiar para concretar el robo de un avión Cessna modelo 207, con matrícula brasileña PT-DKW, que tiene el distintivo iFly Brazil ya que es utilizado en la escuela de paracaidismo.
Cuando el custodio logró zafarse y dar aviso a la policía local, los criminales ya habían levantado vuelo tras recorrer la pista de asfalto de 1.000 metros de largo con la que cuenta el sitio. La nave robada tenía en ese momento una autonomía de vuelo de tres horas y media.
A modo de cubrir su escape, el grupo de criminales esparció por el recinto artefactos explosivos, por lo que necesariamente fueron convocados especialistas de la Policía Militar de Curitiba para realizar las labores en el lugar para neutralizar las bombas, según se informó a través de distintos medios digitales del Brasil.
Hasta el Chaco
Los delincuentes tenían muy presente que el combustible no les iba a durar mucho tiempo, por lo que ingresaron a territorio paraguayo y se dirigieron a la Aldea Reinfeld, ubicada sobre la Línea 5 y distante a unos 15 kilómetros del centro de Loma Plata, perteneciente al departamento de Boquerón.
Cerca de las 6:00 aterrizaron en una pista de terraplén para llegar hasta un hangar perteneciente a Giovanni René Harder Klassen (23 años). Ahí, violentaron los candados de los portones con disparos de escopeta calibre 12 y después y reabastecieron de combustible el Cessna 207, utilizando seis bidones de 20 litros cada uno, según informe de la Policía.
El grupo se dividió en dos y uno de ellos tomó vuelo nuevamente en el Cessna 207 y el otro, se apoderó de otro avión Cessna 172, con matrícula ZP-BBI, propiedad de Harder, con la que también emprendieron viaje. Con ambas tomaron dirección al territorio boliviano.
Sin embargo, como el Cessna robado en el Chaco no tenía mucho combustible los criminales no tuvieron más opción que aterrizar en otra estancia, ya cerca de la frontera con Bolivia, donde se reabasteció con carburante para luego seguir su trayecto y adentrarse en cielo de jurisdicción boliviana.
El joven dueño de la nave fue consultado por un vecino a las 10:30, si a eso de las 6:00 usó la pista, a lo que él indicó que no, por lo que se trasladó hasta el hangar donde constató el robo ya cerca de las 11:00.
La policía halló seis cartuchos de escopeta en el lugar, que fueron disparadas por los criminales que, se presume llevaron los aviones para transportar una carga importante de droga.