Era aproximadamente el mediodía en uno de los días de agosto. Los alumnos de la escuela Virginia Ayala de González, estaban jugando alegres al “tuka’e kañy” mientras aguardaban el almuerzo escolar de la jornada. De pronto, en una de esos momentos traviesos y llenos de energía, una pequeña alumna toca raudamente uno de los pilares rudimentarios y viejos del corredor para marcar el “¡Tambo!”. Acto seguido, este pilar cede y se derrumba la estructura del techo. El saldo fue unos alumnos con lesiones, y a uno con fractura.
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Este funesto recuerdo sigue presente en dicha institución hasta ahora, y según la directora de la escuela, la profesora Carmen Paredes, la escuela no cuenta con los recursos necesarios, y tanto la Gobernación de Cordillera y la Municipalidad de Piribebuy no respondieron al pedido de los mismos.
Construcción de un pabellón
En el 2017, la institución tuvo que recurrir a la fundación de una entidad bancaria, para realizar la construcción de unas aulas que brindan espacio para escolar básica nivel inicial, primer y segundo ciclo, que ascendió a un presupuesto de 600 millones de guaraníes.
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Aún sigue siendo indispensable la reparación de la galería derrumbada, ya que una vez esté en condiciones nuevamente se podrá habilitar aulas para el tercer ciclo, salas administrativas y cocina.
Un gobierno ausente
Este local educativo será uno de los locales de votación para este domingo 10 de octubre para las elecciones municipales, aunque el área clausurada perimetrada sigue representando un peligro, y amén de esta preocupación es la imagen miserable y ufana de un gobierno despreocupado e insensible ante las carencias que se ciernen sobre las instituciones públicas.