Militar hizo dos tiros defensivos, pero sicarios dispararon nueve veces

El jefe de estado mayor del Arsenal de Marina de la Armada Paraguaya, capitán de navío Humberto Ismael Fleitas Giménez (49), quien fue asesinado el martes de mañana cuando salía de su casa del barrio San Miguel de San Lorenzo, llegó a disparar dos veces desde adentro de su automóvil con su pistola Jericho calibre 9 milímetros, aunque desgraciadamente fue repelido por dos de los tres criminales que bajaron de sus vehículos y que a su vez efectuaron en total nueve tiros.

Militar hizo dos tiros defensivos, pero sicarios dispararon nueve veces
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El atentado que segó la vida del alto jefe de la Armada Paraguaya fue perpetrado por al menos cinco sicarios que actuaron en dos automóviles. El coche uno sería un Toyota blanco, modelo Corolla, Premio o Allion. El coche dos sería un Toyota IST rojo.

Según el análisis del sistema de circuito cerrado y la recolección de evidencias en la escena del crimen, en el auto uno, que le cerró el paso al coche Nissan Sentra del marino, estaban al menos dos hombres, el chofer y el acompañante. Este último fue el que bajó armado con una pistola calibre 9 milímetros.

Inicialmente, este criminal no disparó contra el capitán de navío Fleitas, ya que la intención del grupo era aparentemente rodear el coche y secuestrar al militar.

De hecho, fue la propia víctima quien inició el tiroteo, al disparar dos veces desde su asiento y atravesando su parabrisas.

Los tiros fueron dirigidos hacia el vehículo uno que le cerró el paso.

Como respuesta, el matón que bajó del vehículo uno hizo al menos seis tiros consecutivos, mientras intentaba acercarse a la puerta del marino. Dos de los seis proyectiles impactaron contra el militar. Uno de ellos le perforó el pulmón izquierdo y otro se alojó cerca del ombligo.

Simultáneamente, del auto dos, que se colocó detrás del vehículo de la víctima, bajaron otros dos delincuentes, uno de ellos armado también con una pistola calibre 9 milímetros y el otro con un fusil calibre 5.56.

El pistolero del auto dos también intentó abrir la puerta del marino, pero su intervención se produjo justo cuando ya se estaban enfrentando a tiros la víctima y su cómplice que bajó del auto uno.

Entonces, como una especie de reflejo, el criminal que bajó del auto dos con la pistola calibre 9 milímetros efectuó también tres disparos contra el coche del militar y después automáticamente regresó al Toyota IST rojo.

El fusilero del auto dos, por su lado, tenía aparentemente la misión de abrir la puerta de acompañante del Nissan Sentra del militar, pero cuando intentó ejecutar esta acción se asustó por los disparos consecutivos y también regresó al Toyota IST rojo para emprender la fuga, sin llegar a disparar su arma larga.

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Policías de Criminalística levantaron de la escena, sobre la calle Rogelio Benítez de San Lorenzo, un total de 11 vainas calibre 9 milímetros, correspondientes a los dos disparos hechos por el militar, a los seis tiros efectuados por el sicario del auto uno y a los tres balazos producidos por el matón del auto dos.

Al menos hasta ayer, aún no había confirmación de que las armas de los sicarios ya hayan sido usadas en otros atentados.

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