La primavera tiene el don de curar ánimos caídos, de hacer sonreír porque sí, de envolvernos en un optimismo espontáneo.
“Es una estación en donde hay una explosión multicolor, la naturaleza renueva las hojas de las plantas, esto genera cambios en el estado de ánimo por el aumento del oxígeno en el aire, por lo tanto, en los pulmones y, especialmente, en el cerebro. Vivimos contrastes de colores entre el cielo y las flores, estimulando todos los sentidos, activando la energía de la vida, por eso es que sentimos tanta alegría”, explica la psicóloga María Luisa Barboza.
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Poder transformador
Según la profesional, aunque la primavera se relacione con la juventud, su poder transformador llega no solo a toda edad sino a todos los seres vivos. “El calor del sol se aproxima lentamente, permitiendo cumplir un ciclo más de vida, y se traduce en los niños jugando, corriendo, en los jóvenes saliendo y en los adultos agradeciendo estar vivos, mucho más transitando una pandemia que nos obliga a reinterpretar la visión personal sobre la vida misma”
-¿Cómo aprovechar esta energía natural, abundante y gratuita?
La euforia de la primavera es vivida por cada uno de manera distinta, teniendo en cuenta lo biológico, cultural y lo experimentado. Hay personas que expresan su alegría con bullicio, otras observando, escuchando, guardando para sí la magia del verdor y lo que siente. Estas diferentes maneras de energizarnos complementan el grupo humano.
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-¿Qué ocurre emocionalmente?
Un cambio de estación siempre influye en el ánimo, las costumbres, las conductas, en el pensamiento y las emociones. Las emociones y pensamientos repercuten en el organismo, porque son una fuente de energía que necesita ser liberada. Pensemos qué cosas nos generan bienestar en esta primavera, prestar atención a lo que nos da paz y disfrute, teniendo en cuenta que el cerebro se adapta a cualquier circunstancia novedosa. A algunos les cuesta adaptarse más que a otros.
-¿Tiene una sencilla primavera poder para curar las enfermedades del alma, del corazón?
El inicio primaveral es una motivación constante que implica una renovación de compromisos, actitudes, significa que llega algo diferente, no es solo el clima, sino lo que trae consigo: un tibio sol que nos hace guardar los abrigos, usar ropa más liviana y colorida, salidas y encuentros con afectos. Prestar atención al cambio y la sabiduría de la naturaleza que permite, a través del viento, soltar las hojas secas para dar lugar a nuevos brotes. Comparar las relaciones humanas con la primavera, ella nos enseña a sanar, desapegarnos de lo que nos hace daño, nos ayuda a tomar decisiones para crecer y ser parte dinámica de la vida.
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-Setiembre es en el imaginario colectivo el mes de la juventud y el amor.
La cercanía de las relaciones familiares estimula los sentidos, generando oxitocina (la hormona de la felicidad) que nos une a los seres humanos. Está demostrado que tendemos a juntarnos, a ser escuchados, a compartir, a dar y recibir. Este acercamiento, en época de florecimiento, propicia el encuentro amoroso y más aún después del largo encierro por la pandemia.
-¿Qué podemos descubrir en nosotros mismos?
Setiembre trae consigo el dar lugar a lo nuevo. Es un cambio de actitud, hacer una pausa para reconocerse, buscar aquello que da placer.
-¿Cómo viven esta renovación las personas con depresión o ansiedad?
El cambio de estación llega para todos, a algunos les causa alergia, otros cambian su estado de ánimo. Para algunos es alegría, para otros, tristeza, depresión, ansiedad. Es importante respetar la percepción de cada uno porque esa es su manera de ver la realidad, de lo que siente por dentro. La primavera también puede alterar a las personas altamente sensibles, generando un aumento de la ansiedad por la sobredosis de energía. Para autoregularla, se indican caminatas bien temprano o al final de la tarde, en silencio, sin música, solos, sin un solo distractor para que el cerebro pueda generar nuevos conectores que harán que cambie y regule a ansiedad, tomar mucha agua, respirar profundo pero lento, observar el cielo, el verdor de la naturaleza, escuchar el trinar de las aves, sonreír, relajarse.
Consejos de bienestar y una película recomendada
La profesional nos da unos tips para empezar a aplicar hoy mismo: “No autoexigirse queriendo estar bien, darse tiempo para revertir aquello que duele y no queremos más para nosotros, aprender a percibir emociones, ponerlas en palabras, compartirlas con alguien. La primavera nos invita a compartir con otros, mirar 20 minutos de informativo, leer y buscar noticias y notas positivas, aprender algo nuevo, no importa la edad, hay que desafiarle al cerebro, por ejemplo, tocar un instrumento musical, bailar, nadar, tejer, pintar, etc. Caminar 40 minutos en silencio, mantenernos activos para regenerar todos los tejidos y levantar el ánimo, rodearse de personas que te hagan sentir bien”.
-¿Algún libro o película para disfrutar?
La película animada “IntensaMente” (las 5 emociones compiten en una niña para determinar sus acciones), porque en ella aprendemos cómo la emoción toma el control del cerebro, somos seres emocionales que aprendimos a pensar y en este mundo frenético no nos damos espacio para escucharnos, tenemos que aprender a manejar las emociones, porque el 95% de nuestras decisiones son emocionales. La primavera tiene el condimento especial del recambio de energía vital, es renovación, es luz, es calor, es humor, es amor, es el milagro de estar vivos y ser agradecidos.