A las 11:00, el Tribunal de Sentencia presidido por Héctor Fabián Escobar e integrado por Wilfrido Peralta y Carlos Hermosilla se hizo presente en la sala de juicio oral Nº 7 para dar continuidad al juzgamiento al conductor de ómnibus Salomón Bogarín Agüero, acusado por simulación de hecho punible y tenencia de sustancias estupefacientes.
Si bien el colegiado tenía previsto recibir una última testifical, producir las pruebas documentales, escuchar los alegatos finales y luego dictar sentencia, no fue posible ni siquiera iniciar el juicio por falta de conexión.
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Tras una espera de casi una hora, el Tribunal finalmente resolvió posponer para este lunes 13, a las 11:30. Así las cosas, recién el lunes Salmón Bogarín Agüero conocerá su sentencia por haber enviado a su exnovia peluches con droga para incriminarla, como venganza por negarse a volver con él.
La expectativa de pena es de 5 a 15 años de pena privativa de libertad.
La acusación presentada por la fiscala antidrogas Lorena Ledesma refiere que el 13 de noviembre de 2019, cuando alertados por una llamada telefónica, agentes policiales se constituyeron en una universidad privada de nuestra capital y procedieron a la detención de la joven Shirley Roa, de 21 años, al encontrar droga en un osito de peluche que tenía en su poder.
La joven explicó a la fiscala Ledesma que nada sabía de las drogas y que había recibido el peluche frente a la facultad como regalo anónimo. Relató que días antes había recibido otro igual en su residencia y que había sido recibido por su madre, pues ella no se encontraba en aquella oportunidad.
La joven, que cursaba la carrera de ingeniería comercial, comentó a la fiscala que mantuvo una relación sentimental con Bogarín por más de un año, pero semanas antes decidió cortar la relación, decisión que no fue aceptada por el mismo, quien intentó reanudar la relación a toda costa.
Envió “regalo” con droga y luego llamó al 911
Como última medida, el conductor envió un peluche a la casa y otro cuando su exnovia se encontraba en clases. Pero lejos de ser una estrategia de conquista, en realidad se trataba de un maquiavélico plan para vengarse de la joven, pues Bogarín había cargado previamente marihuana prensada en el interior de los ositos, para luego dar aviso a la Policía.
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La investigación permitió constatar que la denuncia al Sistema 911 fue hecha del celular de Bogarín. Asimismo, las cámaras de circuito cerrado de la universidad filmaron al hombre cuando merodeaba por la zona a la hora en que la estudiante recibió el “regalo”.
En juicio, el acusado declaró que quedó muy dolido por la ruptura y que a los pocos días la chica le envió fotos con otro hombre. Dijo que por este motivo tomó la decisión de “asustarle”, pero se le fue de las manos.