El Departamento de Identificaciones, al igual que el Registro Civil, cuenta desde hace 14 años con una oficina en el hospital escuela de la Facultad de Ciencias Médicas. Es mediante un convenio para brindar servicio de cedulación a todos los internados, recién nacidos y padres de los recién nacidos, de 7:00 a 14:00, de lunes a viernes.
Sin embargo, la funcionaria policial no se limita a esperar que pacientes y familiares lleguen para renovar o realizarse por primera vez el documento, indispensable para trámites. Un promedio de dos o tres veces por semana, la suboficial Nidia Ayala va a las salas de internación y hasta ingresa a las terapias para hacer su trabajo. Aun en pandemia, esta tarea no cesó, procesando entre 100 y 120 solicitudes de cédulas por semana.
La funcionaria, madre de un niño, un adolescente y un joven, detalló que cuando empezó a trabajar en el centro médico le generó, antes que miedo a los virus y bacterias, situaciones emocionales, ya que muchas veces le tocó realizar sus cédulas a pacientes muy delicados, sobre todo niños con cáncer. Varios fallecieron internados.
“Cuando son internados agilizamos, en tres días tratamos de que esté, y hubo veces en que el pacientito moría antes. La mayoría son del interior del país. Eso me trabajaba bastante”, acotó. La mujer también tuvo que ingresar al área de internados por sospecha de COVID-19, y afirmó que en principio tuvo un poco de miedo, pero que afortunadamente no se contagió porque siempre se cuidó y afirmó que evidentemente los cuidados funcionan.
Finalmente, señaló que se siente reconfortada por brindar un servicio a personas carentes en su mayoría, que son las que cada día acuden al conocido como “hospital de los pobres”.