El extinto Nicolás Léoz tenía una fortuna de no menos de 100 millones de dólares, gran parte malhabida, como se supo a raíz del FIFA-gate, y en vida operó en Paraguay con al menos once bancos de plaza, según se desprende de los informes que están en la carpeta de la primera denuncia que había hecho la Conmebol, el 6 de junio de 2017, pero que aparentemente no quiere ver.
Uno de esos bancos fue Atlas, que fue el primero en reportarlo a la Secretaría de Prevención de Lavado de Dinero o Bienes (Seprelad), el 29 de mayo de 2015, apenas dos días después de que se hizo público el escándalo con el arresto de siete funcionarios de la FIFA en un hotel de Zurich y la paralela imputación de cargos de fraude, soborno, lavado de dinero y asociación criminal a Nicolás Léoz y a otros trece dirigentes y empresarios vinculados al fútbol por parte de la Fiscalía del Distrito Este de Nueva York.
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Según informó Banco Atlas públicamente y a las autoridades competentes, el saldo de las transacciones de Léoz en su entidad totalizaba el equivalente a algo más de 6 millones de dólares, el 6% de su fortuna estimada, íntegramente provenientes de actividades locales trazables, dentro del rango del perfil de ese cliente, mayormente en guaraníes, sin transferencias del exterior.
El 11 de febrero de 2016, estando Léoz sin inhibiciones de ningún tipo y en libre disponibilidad de sus bienes, decidió consolidar sus depósitos en Banco Atlas en dos fideicomisos en favor de sus herederos, uno a beneficio de su esposa, María Clemencia Pérez, y de sus hijos Josué Nicolás y Mateo Nicolás Léoz Pérez, y el otro a beneficio de sus hijas de su primer matrimonio, Nora Cecilia y María Celeste Léoz Plate.
En ambos contratos se estableció la cláusula de que los fideicomisos debían responder por gastos judiciales en los que el fideicomitente fuera parte como actor o demandado, para evitar cualquier blindaje de un patrimonio eventualmente ilícito.
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La denuncia de la Conmebol indirectamente insinúa que Banco Atlas no actuó con “la debida diligencia” al no reportar estos fideicomisos a la Seprelad. Al respecto, el banco alega que no tenía ni obligación legal ni necesidad de hacerlo porque se trataba exactamente de los mismos fondos ya reportados en su informe anterior, sin nuevos depósitos. Asegura que a partir de ese momento, febrero de 2016, las operaciones con Léoz y sus familiares se limitaron a la acreditación de intereses por certificados de depósitos de ahorro.
Otros fideicomisos
La Conmebol únicamente menciona a Banco Atlas, pese a saber perfectamente de la existencia de otros fideicomisos de Nicolás Léoz por montos muy superiores y con fondos que fueron repatriados desde el exterior después de desatarse el escándalo del FIFA-gate, con la probable intención de protegerlos de la confiscación por parte de la Justicia de Estados Unidos.
Tres de ellos fueron constituidos el 29 de enero de 2016 con Banco Continental, que lo reportó a la Seprelad el 5 de abril de ese mismo año, por un total de 27.554.184 dólares, también en beneficio de sus familiares directos como una especie de reparto de herencia. El primero fue a favor de su esposa, María Clemencia, por 5.510.836 dólares; el segundo a favor de sus hijas Nora Cecilia y María Celeste por 8.817.338 dólares; y el tercero a favor nuevamente de su esposa y de los hijos con ella, Josué y Mateo, por 13.226.008 dólares.
Estos tres fideicomisos, igualmente, contemplan la cláusula de excepción que obliga al patrimonio autónomo a hacerse cargo de gastos judiciales del fideicomitente, lo cual impedía su blindaje frente a reclamos de la Justicia sobre esos bienes mientras Léoz viviera.
La diferencia con los de Atlas es que estos fueron conformados con dinero proveniente de una off-shore que habían abierto los Léoz en Nassau, Bahamas, el 3 de octubre de 2013, llamada Canelazo Limited (nombre de un caballo de raza de María Clemencia y de una bebida tradicional de su país, Colombia), con posibles conexiones con los desvíos de Léoz en la Conmebol.
El caso FIFA-gate se destapó el 27 de mayo de 2015. Entre agosto y octubre de ese año, Nicolás Léoz depositó 27.366.819 dólares en su cuenta de ahorro 01-27-0024982 de Banco Continental, transferidos por Canelazo Limited por cancelación, según explicó el banco, de una cuenta de fideicomiso en el Citibank de Bahamas, enviados a través del Citibank de Nueva York y de Wells Fargo Advisors, agencia del banco del mismo nombre con sede central en San Francisco. Con ese dinero se realizaron los fideicomisos en Paraguay.
Existirían, asimismo, al menos otros dos contratos del mismo tenor en la plaza local, cuyos montos y bancos todavía no hemos podido averiguar.
Nos comunicamos con Banco Continental y nos respondieron que prefieren primero leer el contenido de esta publicación para dar su versión. Quedamos a su disposición para que lo hagan cuando lo consideren pertinente.
La Conmebol sabía
La Conmebol, presidida por Alejandro Domínguez, tenía pleno conocimiento de estas y muchas otras operaciones financieras de Nicolás Léoz al momento de presentar su denuncia el 4 de febrero, bajo patrocinio del abogado Claudio Lovera, el mismo que defiende a Óscar González Daher y a su hijo, en cuyo escrito supuestamente manifiesta el interés de que se investigue el destino del dinero desviado de la institución, pero solo menciona a Banco Atlas y calla el resto.
Toda la información que necesitan para investigar –si realmente es eso lo que buscan– está en los documentos agregados a la carpeta de la primera denuncia de la propia Conmebol, presentada por los abogados Daniel Mendonca y Osvaldo Granada Salaberry el 6 de junio de 2017.
Si eso no alcanzara, muchos de estos hechos ya fueron publicados en detalle por la prensa paraguaya, concretamente por este diario, en una serie de Mabel Rehnfeldt del 22 al 25 de septiembre de 2020, y el propio Domínguez se refirió con datos concretos a movimientos financieros de Léoz en Paraguay en una entrevista con nuestro colega Última Hora el 16 de octubre de 2020.
Tampoco podía la Conmebol ignorar que Léoz realizó transacciones multimillonarias en dólares entre cuentas de la Conmebol y las suyas propias en varios bancos de plaza y extranjeros, dado que ello está detallado en la auditoría forense encargada por la Conmebol a la consultora Ernst & Young, cuyo informe final es del 21 de febrero de 2017, donde, dicho sea de paso, Banco Atlas no es mencionado en absoluto.
Asimismo, tampoco puede alegar desconocimiento de que Léoz continuó realizando amplias operaciones en el sistema financiero paraguayo, incluso con aperturas de nuevas cuentas a nombre propio o de sus familiares directos, hasta por lo menos un año antes de su muerte (28 de agosto de 2019), ya que todo ello consta en los informes recabados a propósito de su primera denuncia.
La ruta del dinero
En realidad, contrariamente a lo que maliciosamente insinúa la Conmebol en su denuncia, si la intención es lavar dinero, el fideicomiso, que es un instrumento público nominativo, no es una herramienta particularmente idónea para ello. Para esconder el dinero, mucho más “eficiente” es crear cuentas y moverlo, ya sea en efectivo o con títulos endosables.
Léoz y sus familiares hicieron exactamente eso. Crearon nuevas cuentas en Paraguay y realizaron cuantiosas transacciones en el sistema financiero paraguayo después del FIFA-gate.
Por ejemplo, el 4 de febrero de 2016, Banco Regional reportó cuatro CDA vigentes de Léoz y su esposa de 1.034.257 dólares, 1.107.551 dólares, 500.000 dólares y 2.440 millones de guaraníes. El 4 de abril de 2016, Banco Amambay (del grupo de Horacio Cartes, que en ese momento era Presidente de la República), reportó que en febrero de ese año María Clemencia Pérez de Léoz depositó en el banco 1.735.810 dólares. El 18 de mayo de 2016, Banco Itaú reportó que Nicolás Léoz retiró de la entidad 1.112.306 dólares.
Mañana veremos muchas de las transacciones financieras que se realizaron en los últimos años de vida de Nicolás Léoz, y que no llamaron la atención ni generaron ninguna denuncia de la Conmebol.
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