Fiscalía interviene en Gral. Díaz y se confirman represas en el Pilcomayo

La Fiscalía del Ambiente realizó una intervención en los alrededores del fortín General Díaz y logró confirmar la existencia de represas que retienen las aguas del Pilcomayo. El fiscal adjunto Augusto Salas expresó que solicitó orden judicial para destruir los diques ilegales.

El Ministerio Público confirmo la existencia de represas que retienen las aguas del Pilcomayo. Se solicitó permiso para destruirlas.
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El Ministerio Público realizó una intervención en establecimientos ganaderos ubicados en los alrededores del fortín Gral. Díaz, departamento de Presidente Hayes.

Los agentes de la unidad especializada en casos de delitos ambientales trabajaron en el citado sector los días 4 y 5 de agosto último. El fiscal Augusto Salas tuvo a su cargo la intervención.

Efectivos de la Policía Nacional brindaron respaldo al operativo, el cual contó con órdenes de allanamiento para ingresar en propiedades privadas.

La observación tuvo como objetivo localizar represas construidas en forma ilegal en los cauces que normalmente permiten el ingreso de las aguas del río Pilcomayo en el interior del Chaco paraguayo.

El agente fiscal Salas explicó que “fueron localizados una serie de diques que están taponando el escurrimiento del Pilcomayo. Esta situación es particularmente grave en este momento por la sequía que soporta toda la región”.

La confirmación de que hay diques que retienen al Pilcomayo confirma informes técnicos realizados por la Comisión Nacional del Pilcomayo. Los documentos fueron remitidos al Ministerio del Ambiente y Desarrollo Sostenible sin que se hayan generado intervenciones que pudieran dar una solución al problema de las represas.

Ilegalidad de las represas

El fiscal Salas resaltó la ilegalidad de las represas. “No se puede intervenir en el cauce del Pilcomayo para detener al río. Las aguas constituyen un beneficio que tiene que alcanzar a la mayor cantidad de personas y productores posibles, para eso el esfuerzo en recuperar sus aguas cada año”.

“Las represas que localizamos en seis propiedades son ilegales. No tienen ningún permiso del Mades y carecen obviamente de estudio de impacto ambiental” agregó.

Mencionó el agente del Ministerio Público que “sabemos que existen circunstancias en las cuales una represa puede ser útil, pero deben contar con los permisos ambientales respectivos. Sin esta documentación, son ilegales”.

Pedido de destrucción

El fiscal ambiental confirmó que solicitó una orden judicial para proceder a la destrucción de las represas en el menor tiempo posible.

“Presentamos nuestro escrito en el juzgado de Villa Hayes y aguardamos un mandato judicial para intervenir con maquinaria del Ministerio de Obras Públicas y especialistas en explosivos de Dimabel”.

“Apenas podamos contar con la orden judicial vamos a proceder a la destrucción de las represas” enfatizó.

Intervención en Sombrero Hovy

La 4comitiva fiscal no ingresó en el establecimiento Sombrero Hovy, propiedad de la firma “Ganadera Los Manantiales SA”, administrada por Hernán Arrellaga.

Denuncias realizadas por pobladores de General Díaz sostienen que en Sombrero Hovy existen la represa de mayor impacto negativo en el escurrimiento del Pilcomayo.

Al respecto dijo: “Solicitamos una orden de allanamiento para verificar la propiedad. Según las denuncias previas, en el lugar existe una laguna de 30 mil hectáreas que se alimenta gracias a represas ilegales”.

Agregó: “Vamos a investigar en el lugar y allí se tomarán las decisiones que sean necesarias. Si hay represas, deberán ser destruidas por su ilegalidad”.

El tema de las represas es recurrente en el Pilcomayo.

Beneficios del río para todos

El Estado paraguayo invierte un promedio de 10 millones de dólares anuales para limpiar y rehabilitar tanto la embocadura del canal como los cauces naturales que distribuyen las aguas del Pilcomayo en nuestro territorio.

El beneficio del agua se debe extender en la mayor superficie posible. Este objetivo no se pude alcanzar si existen propietarios que retienen las aguas, en desmedro de las necesidades que se tienen aguas abajo.

Resulta ilegal e inmoral que algunos propietarios tengan aguas gracias a una represa.

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