Los ganaderos de las fincas colindantes a la industria procesadora de cuero y sub productos, Durli Leathers SA, instalada en la zona de Paraguarí, indicaron que a cielo abierto, en un estanque ubicado en la finca, se encuentra un estanque lleno de cúmulo de sangre y restos de menudencias o residuos de cuero vacuno. Les preocupa que con cualquier lluvia, ocurra un grave daño ambiental a los arroyos que forman parte de la zona de amortiguamiento de los humedales del área silvestre protegida, Lago Ypoá.
En la fecha el Ing. Ecólogo Juan Valentín Miró, presentó la denuncia ante el Ministerio Público, quien manifiesta en su escrito que en la parte de atrás de la empresa se observa que en un estanque, a cielo abierto fueron arrojados, presumiblemente desechos industriales del cuero o de productos utilizados en su procesamiento, lo cual dan una coloración roja a las aguas estancadas.
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Agregó que dichos desechos generan también un olor nauseabundo que se percibe a kilómetros del lugar, que genera la proliferación de moscas, roedores y otras alimañas invasoras, que podrían impactar en la cadena trófica de especies endógenas.
Manifestó que la gravedad del caso es que estos desechos industriales arrojados en los humedales y campos inundables, con una cualquier lluvia van a ser trasportados hasta los cauces hídricos ubicados en las inmediaciones de la planta industrial.
Pidió la constitución inmediata de técnicos de la Dirección de Delitos Ambientales del Ministerio Público a fin de extraer muestras de agua; suelo y de lodo del curso de agua o del estanque, constatar los extremos alegados y determinar la procedencia e individualizar a los posibles autores del hecho como también proceder al allanamiento de la empresa Durli Leaters S.A o Venesa S.A.
El ingeniero Miró ya había denunciado a la empresa Durli Leaters S.A, donde el administrador Paulo Antonio, fue imputado por el supuesto tratamiento ilícito de desechos y delitos contra el medio ambiente. El empresario está procesado por la contaminación del arroyo Caañabé que habría ocasionado la mortandad de peces, en febrero del 2020.
A su turno, Lenise Fell, gerente de la empresa Durli Leaters S.A, negó que en el lugar tenga estanque ni que se esté arrojando desperdicios industriales. Explicó que se construyó un dique de contención de arena alrededor del predio para evitar la fuga de restos de lodo que arrojan. Dijo que en el lugar no se arroja sangre ni menudencias, ya que el lodo absorbe y se generan proteínas que al hacer contacto con el aire y sol genera bacterias que van dando ese color.
Aseguró que no hay riesgo de que llegue a los arroyos ni que pase a los vecinos porque no existe fuga.