La actividad tuvo como punto de reunión el local de la Gobernación de Boquerón, en Filadelfia, mujeres de varias comunidades nativas fueron capacitadas en temas como saneamiento básico, uso y cuidado del agua, seguridad, medio ambiente saludable y participación. Esto se dio a través de talleres realizados con la intención de que repliquen todo lo aprendido en sus aldeas de origen, en la zona del Chaco Central.
Durante dos días, el grupo de treinta lideresas nativas adquirió conocimientos sobre la importancia de preservar el medio ambiente, el adecuado uso del agua potable y nociones básicas de higiene. El impacto mayor de la llegada del agua se dará en las mujeres, responsables históricas de su recolección, una tarea en la que invierten horas y esfuerzo, resignando su desarrollo personal.
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La actividad incluyó también la revisión de los mecanismos de participación destinados a promover el empoderamiento de la mujer. Fueron expositores el secretario de Salud, David Vergara; la secretaria de Medio Ambiente y Desarrollo, Rossana Ortiz, de la gobernación de Boquerón, así como las especialistas del área Social y Ambiental del Programa.
Se espera que una vez que el acueducto funcione óptimamente, beneficie a 87 aldeas originarias que deberían acceder al agua potable, que será transportada desde la planta de tratamiento de Puerto Casado hasta los reservorios de Loma Plata y demás plantas aductoras.
Luego, a través de las aductoras secundarias y las redes de distribución llegará a unos 70.000 pobladores del Chaco Central, de los cuales 36.000 son indígenas de las etnias de Enlhet Norte, Sanapaná, Enxet Sur, Nivaclé, Guaraní y Ayoreo. Hasta el momento solo dos comunidades nativas están recibiendo agua del acueducto, las demás aún no.
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El Programa de Saneamiento y Agua Potable para el Chaco y Ciudades Intermedias de la Región Oriental está financiado con una donación de USD 60 millones de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID), un préstamo de USD 20 millones del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), y una contrapartida local de USD 8 millones.