Si, lo leíste bien, de no creer: La confitería Chantilly cerró sus puertas para siempre y tras ellas quedan cientos de recuerdos de los tés de 15 años, despedidas de solteras y baby showers que se celebraron durante 31 años en este lugar.
En el salón, que alojaba en promedio unos cinco servicios de té al día, hoy solo quedan algunos exhibidores, hornos y utensilios de cocina porque todo fue a la venta vía subasta.
Jorge Leoz, uno de los propietarios de la confitería confirmó la noticia diciendo que la razón que los empujó a tomar esta difícil decisión fue la pandemia.
“Era un salón de té al que mucha gente venía a merendar y festejar los baby showers, 15 años y despedidas de soltera. Al haber tantas restricciones, la gente tiene miedo del contagio”, dijo.
Ante el cierre, Leoz dice que de momento no hay perspectivas de reapertura porque la cuarentena golpeó con fuerza a todo el sector gastronómico. “Es un fenómeno mundial”, lamentó.
Con el cierre de Chantilly, unas 15 personas quedaron sin empleo. “Al iniciarse la pandemia empezamos a disminuir la cantidad de trabajadores hasta que no pudimos sostener más”, comentó.
“Lo que más nos duele”
En la década de los ’90 en el mayor auge del local se celebraron prácticamente la mitad de los futuros nacimientos de la capital. A lo largo de estos 31 años, diariamente se ofrecían en promedio cinco servicios, a veces más, de te con una base de diez personas.
Cada servicio incluía jugo de naranja o durazno, bocaditos de entrada, café o chocolate y torta.
Promediando, se calculan casi 55.000 tes en la historia, alcanzando a 550.000 mujeres que alguna vez se sentaron en las míticas mesas dispuestas con adornos alusivos a la espera del bebé, al futuro matrimonio o a la quinceañera.
“Esa es la parte que más nos duele”, dijo Leoz, refiriéndose de que no solo era una cuestión gastronómica sino que también estaban envueltos muchos sentimientos. Así como la pérdida de trabajo de sus empleados.
Además de los servicios que se ofrecían a la tarde, Chantilly también abría sus puertas a la hora del desayuno, el almuerzo y la cena en un horario que se extendía desde las 8:00 hasta las 22:00.
Chantilly
El nombre del local se debe a la famosa crema cuyo origen se remonta a los años de la corte francesa cuando se servía en el castillo Chantilly. Sin embargo, la crema en si fue introducida desde Italia pero ganó popularidad en Francia al servirse en la porcelana de Chantilly. Se prepara con nata o crema de leche, azúcar glass o impalpable y esencia de vainilla.
“Elegimos el nombre entre los tres”, recordó la propietaria Ana María Leoz. Al decir “los tres” se refiere a Modesto Leoz, Elma Pompa y ella. La misma dice que actualmente en el local quedan solo algunas cosas como exhibidoras de frío, utensilios especializados de cocina, hornos y otros.
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Ana María Leoz lamentó que la pandemia haya causado estragos al sector gastronómico. “Estábamos en proceso de consolidar la parte de congelados, así como los servicios para reuniones de oficinas y otros eventos externos al local, todo se vino abajo con las restricciones”, finalizó.
El cierre de esta tradicional confitería asuncena marca el fin de una era, de un lugar donde se celebraba la amistad y la vida.