Se trata de Miguel Ángel Chamorro (38), quien fue detenido el pasado 23 de marzo de este año en la localidad bonaerense de La Matanza, donde se refugió tras escapar de nuestro país. Otro de los implicados en el alevoso doble homicidio es Fernando Araújo Ibarra (36), quien fue capturado días después del hecho, en Itapúa.
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Araújo Ibarra confesó el doble crimen y relató que llevó a las víctimas a una emboscada y los mataron antes del mediodía de ese mismo domingo. Según el sospechosos, él y sus cómplices, entre los que se encontraba Chamorro actuaron obligados por un poderoso narcotraficante cuya intención era cobrar una deuda que Bareiro Vargas contrajo con él tiempo atrás y nunca honró.
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Durante aquel interrogatorio, Araújo Ibarra también dio referencias del lugar donde enterraron los cuerpos de las víctima, una zona boscosa de la compañía Morotingue del distrito de San Pedro del Paraná, distante a unos 85 kilómetros al norte de la capital departamental de Itapúa.
Efectivamente, el dato que proveyó el sospechoso era exacto y en la noche del miércoles 21 de octubre, agentes policiales desenterraron los cadáveres de una profunda fosa, donde estaban cubiertos con basura, madera y tierra.
Precisamente, el ahora extraditado Chamorro fue quien se encargó de enterrar los cuerpo en aquel lugar y luego escapó hasta la capital de la República Argentina, donde intentó ocultarse.
Cave recordar que Rigoberto Bareiro Vargas era hermano del capo narco Wilfrido Bareiro Vargas, alias “Peloncho”, detenido por la Senad en 2018. Ambos comandaban una estructura dedicada a traficar marihuana y cocaína a Argentina, Uruguay y Chile, según los datos policiales.