El Sistema de Control del Espacio Aéreo brasileño, que en parte ya había sido entregado en agosto del año pasado, estará interconectado con el sistema instalado en la ciudad de Corumbá, fronteriza con Puerto Quijarro, Bolivia, y que tiene por finalidad evitar el ingreso de aeronaves que trafican importantes cantidades de cocaína al Brasil.
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En total, son tres equipos que operarán las 24 horas del día, los 365 días del año, que pueden conectarse a los Centros de Control de la FAB (Fuerza Aérea Brasileña). El costo total de la obra asciende a 127 millones de reales (unos 165 mil millones de guaraníes). El sistema es uno de los más modernos equipos de seguridad y control de tráfico aéreo.
Los radares están montados sobre una base de metal y tienen una forma ovalada. El equipo es parte de una nueva generación de radares primarios de largo alcance fabricados en Brasil y tiene capacidad altimétrica, permitiendo la identificación de objetivos con precisión, además de funciones de protección electrónica que evitan interferencias electromagnéticas, ya sean intencionales o no, según informaron las autoridades brasileñas.