Sus más de 1.000 habitantes dependen de un tajamar para el uso del vital líquido. Las pocas lluvias registradas desde el inicio de año produjo que no se pueda acumular mucha agua, por lo que actualmente los moradores están utilizando agua cruda, sin tratar.
“Ni para lavar ropas ya sirve el agua de nuestro tajamar”, dijo la licenciada en Enfermería Gabi Coronel, quien trabaja en el puesto de salud de Toro Pampa. “La poca agua de dicho reservorio es prácticamente lodazal”, sostuvo la mujer.
Hace algunos días camiones cisternas del Ministerio de Obra Públicas y Comunicaciones ( MOPC) acarrean el agua desde los establecimientos ganaderos cercanos, que poseen más reservas del líquido en sus tajamares.
Esta situación hace que se produzca todo tipo de enfermedades, relacionadas al consumo de agua en estas condiciones como diarrea y vómitos, mencionó la profesional.
Por su parte, el presidente de la Comisión vecinal Domingo Gavilán pide a las autoridades nacionales buscar una solución definitiva a esta problemática de falta de agua que se genera de manera anual, y que produce numerosos inconvenientes.
Existe un proyecto de acueducto presentado por un concejal departamental para llevar agua desde el río Paraguay a esta comunidad y a las otras poblaciones del distrito, que también sufre de falta de agua.
En reiteradas ocasiones camiones cisternas del MOPC y de la propia gobernación de Alto Paraguay acarreaban agua potable suministrado por la Junta de Saneamiento de Fuerte Olimpo, para el consumo humano.
Las comunidades de María Auxiliadora, San Carlos y de la zona de Ñu Apua son las otras poblaciones de este distrito donde ya se comienza a sentir los efectos de esta sequía.
En el distrito de Puerto Casado, las comunidades indígenas de los mascoy también están sufriendo la falta de lluvias, por lo que de manera constante reciben el vital líquido en camiones cisternas.
La falta de lluvias sumado al inicio del invierno también comienza a afectar al sector de la ganadería, considerada puntal de la economía en esta región chaqueña, debido a que no puede brotar el pasto en los campos donde se alimenta el ganado vacuno.
Los considerados pequeños productores son asistidos con el acarreo de agua para sus animales, buscando acumular el agua en sus precarios tajamares.