Los giros y las billeteras electrónicas se convirtieron en más que una herramienta de inclusión financiera para miles de paraguayos y paraguayas que los han adoptado para enviar, recibir o pagar sus compras y servicios; también son una fuente de ingresos para más de 14.000 puntos de ventas que incorporaron los giros a sus negocios.
Al cierre de abril el BCP difundió en su Boletín Estadístico y Financiero que en Paraguay se cuentan más de 6.000.000 de billeteras electrónicas existentes, con un promedio de 8.000.000 de operaciones mensuales.
Por la practicidad y la facilidad del uso de esta herramienta digital, las transacciones se realizan en todo el territorio nacional, incluyendo los puntos más alejados del país donde no existe bancarización y les permite a los usuarios enviar, recibir o pagar sus compras y servicios a través de las billeteras electrónicas, un método de pago que se convirtió en esencial durante la pandemia.
Susi Álvarez es encargada en la Farmacia Diana Raquel, de Caacupemí (Areguá), y comenta que si bien no se resintió la venta de medicamentos durante la pandemia, sí disminuyó el movimiento en otros productos, y que las transacciones a través de billeteras ayudaron a mantener el negocio del que dependen unas 8 personas.
Respecto a la Ley de Servicios de Confianza, manifiesta: “Nos preocupa mucho que se apruebe esa ley que está en Diputados, porque aquí las billeteras son las que más se usan. A nosotros nos va a perjudicar mucho, ya que hacemos más de 100 transacciones al día, pero también pienso en las personas que necesitan enviar y recibir dinero, que no se pueden movilizar lejos de aquí y que hacen giros porque les sale más barato pagar la comisión antes que irse hasta el centro de una ciudad a otra”, señala Álvarez.
Según las operadoras telefónicas, los puntos de venta ganan en promedio un salario mínimo libre por mes con las operaciones generadas en sus negocios, una suma muy útil y necesaria, a decir de Mariano López, propietario de Mundo Cel, quien gracias a las transferencias pudo seguir cumplir con sus obligaciones y compromisos, incluso en la etapa más crítica de la pandemia.
“Podemos decir que gracias a Dios y a las billeteras no tuvimos problemas durante la pandemia porque aquí la gente solo hace giros y recarga en su billetera, hacemos cerca de 200 operaciones diarias, y eso nos ayuda a mantener nuestro local”, agrega López, quien además comenta que la Ley de Servicios de Confianza generará un grave perjuicio a los comerciantes que para brindar el servicio en sus locales ya tuvieron que invertir mucho dinero.
“Y no es solo eso, hay mucha gente que depende de las billeteras para cobrar su platita, vecinas y amigos que venden ropas, zapatos y otros que hacen tortas y empanadas; y en vez de irse ellos mismos a exponerse por ahí, hacen delivery nomás y cobran por giro. Y si no es luego mucho lo que ganan, ¿cómo van a poder irse hasta Asunción y gestionar todos los trámites, que seguro lleva tiempo y plata?”, concluye el comerciante.
Inviable y descabellado
“Yo trabajo con personas que están en el Chaco, a quienes les vendo celulares y accesorios. Ellos no tienen otra manera de comprar o vender que no sea a través de las redes sociales o de internet, por eso ellos me giran el monto y yo les deposito el producto por encomienda”, cuenta el propietario de Activaciones Montserrat, Carlos Villaverde, al referir que la ley que buscan aprobar en Diputados es totalmente inviable y descabellada porque “no se le puede pedir a la gente que vaya a certificar una firma si apenas tiene para su pasaje”.
“¿Qué va a pasar de los que viven en el Chaco, como mis clientes? No van a poder realizar ese trámite. No se les puede exigir hacer una gestión que no está a su alcance: salir de su comunidad, no tienen luego medios de transporte; pedir permiso en su trabajo, le tienen que descontar por los días que se ausenta; hay un montón de factores que hacen inviable esta ley”, asegura Villaverde.